El bar del off the record

Regreso a la actividad. 82 días después, el Parlament vuelve a reanudar sus sesiones. La cafetería es un oasis en medio del caos 

18 enero 2018 11:19 | Actualizado a 27 enero 2018 22:44
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La cafetería del Parlament de Catalunya es el centro de operaciones de la cámara legislativa. Si uno se quiere enterar de algo, el bar es el espacio donde se «cuece todo». Es un lugar amplio, bien iluminado pero un poco frío, ya que el techo es muy alto y está decorado de blanco. Y lo más importante: es barato. Un café solo, un café con leche y un bocadillo cuestan 2,35 euros. Casi un regalo. Allí pueden verse diputados, periodistas, jefes de prensa, trabajadores del hemiciclo o personal de seguridad charlando de manera distendida. Es un emplazamiento de descanso, en el que hay una ley no escrita que dice que los profesionales de la información no abordan a los representantes políticos ni se hacen fotografías comprometedoras para publicar en los periódicos. Es un lugar en el que los protagonistas de la política catalana se toman un paréntesis para relajarse y hablar en off the record con periodistas y responsables de comunicación de los partidos. O con políticos de otras formaciones. Todo lo que pase y se diga allí se queda en el bar. Fuera, ya toca volver de nuevo a mantener las distancias y a estar de mal humor. O, como mínimo, parecerlo. 

El portavoz de JxCAT charla con el expresident joan rigol mientras erc y psc se relajan antes del pleno. La ley no escrita dice que todo lo que se dice allí no sale fuera

Ayer era una jornada especial, el primer día de trabajo para muchos diputados, como para 11 de los 18 que tiene la demarcación de Tarragona. Antes del pleno que servía para iniciar el nuevo curso político en el Parc de la Ciutadella pudo verse en la cafetería, por ejemplo, al portavoz de Junts per Catalunya – Eduard Pujol, quien fue hasta hace poco el director de RAC1– tomando un café con el expresidente del Parlament Joan Rigol. Allí también estaba una buena parte del grupo parlamentario de ERC, entre los que se encontraban los tarraconenses Òscar Peris y Lluís Salvadó. Rosa Maria Ibarra y Carles Castillo, del PSC, también se dejaron ver minutos antes de la sesión, mientras el miembro de los socialistas en la Mesa, David Pérez, estaba apurando un bocadillo para coger fuerzas de cara a la nueva legislatura. En ese momento, en la barra estaba el exdiputado de Ciutadans Jordi Cañas. 

Albiol, con mala cara
Fuera, en los pasillos la actividad era frenética, con una gran cantidad de medios de comunicación acreditados que aprovechaban para realizar sus últimas entrevistas antes de que los diputados ocuparan sus escaños. Xavier Domènech fue uno de los protagonistas entre los medios estatales, mientras que Xavier Garcia Albiol atendía a las televisiones catalanas con cara de pocos amigos.

García Albiol se presenta con mala cara mientras Roger Torrent es el más buscado. Batet departe con Artadi instantes antes de iniciar el pleno

El ‘1’ popular vive uno de sus últimos días en el Parlament después de los pésimos resultados del pasado 21 de diciembre. Entre el bloque soberanista, el vallense Albert Batet, que suena como presidente de su grupo parlamentario, departía con Elsa Artadi –jefa de campaña de Carles Puigdemont– justo antes de entrar en el hemiciclo. Batet, que lleva cinco años en el Parlament, es uno de los diputados con más experiencia de la Llista del President, y ayer se le notaba más suelto que a la mayoría de sus compañeros. 

Sin lugar a dudas, el más buscado ayer era Roger Torrent, quien fue proclamado a las 12.22 horas como nuevo presidente del Parlament de Catalunya a propuesta de ERC y con el apoyo de Junts per Catalunya y la CUP. Torrent se convierte en el presidente más joven de la cámara legislativa desde la recuperación de la democracia, tras lograr 65 votos, por los 56 de José María Espejo Saavedra (Ciutadans). Después de la reunión del grupo, el sustituto de Carme Forcadell se dejó ver acompañado de Ernest Maragall, el diputado de más edad (75 años), que ayer comandó la sesión de toma de posesión y de la constitución de la mesa. 

Pese a que fue una presidencia efímera, Maragall tuvo tiempo para tener sus más y sus menos con Inés Arrimadas (Cs), quien mostró su oposición al hecho de que se permitiera el voto delegado a los tres diputados que están en prisión: Oriol Junqueras, Jordi Sànchez y Joaquim Forn. Las votaciones se llevaron a cabo de forma personal en una urna, y cada vez que tocaba votar a uno de estos tres diputados, así como a los cinco que se encuentran en Bélgica (Carles Puigdemont, Lluís Puig, Toni Comín, Meritxell Serret y Clara Ponsatí) el bloque soberanista aplaudía en masa. Marta Rovira votó por Junqueras, mientras que Jordi Turull lo hizo por Forn y Sànchez. Debido a la ausencia de los ocho representantes, los asientos que debían ocupar fueron tomados por lazos amarillos, uno de los cuales estaba justo al lado de Arrimadas. ¿Mal presagio para la Khaleesi naranja?

La Khaleesi naranja -Inés Arrimadas- se sienta junto a un lazo amarillo. ¿Un mal inicio de legislatura?

Asimismo, Maragall protagonizó la anécdota de la jornada cuando rebautizó al popular Santi Rodríguez como «señor Hernández». Por si al PP no le crecieran los enanos con ser el último partido del Parlament y estar en el grupo mixto, ahora la presidencia del Parlament ya ni retiene los apellidos de sus diputados más veteranos. Toda una muestra de lo que ha significado el paso de Xavier Garcia Albiol por la cámara legislativa. Pese a los casi dos metros de altura que mide el aún líder del Partido Popular, lo cierto es que, en breve, Alejandro Fernández podría no tener el listón demasiado alto para relevarlo. 

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