100 años del sueño de Pau Casals

El Museu acoge una muestra del anib¡verasrio de la Orquestra Pau Casals

02 diciembre 2020 17:33 | Actualizado a 03 diciembre 2020 10:25
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En 1919 Pau Casals llegó a Barcelona con el objetivo de establecer su residencia. Era un momento en que también se vivía una pandemia y los trastornos que dejó en la  mente la Primera Guerra. 

Pero el maestro tenía claro que la música debía ser elemento de fortaleza. Su ilusión era que Barcelona tuviera una temporada estable de conciertos sinfónicos y que la música llegase a todas las esferas de la sociedad. También a las clases que por su situación estaban más alejadas de la posibilidad de acceso a la música.

No era cuestión de crear una nueva orquesta sino de hacer de las que ya existían en la ciudad un gran conjunto orquestal. Pero  Casals no encontró el apoyo esperado de las administraciones ni políticas, ni musicales ni empresariales.

 Así que, con la persistencia que le caracterizaba, decidió que sería él quien crearía una orquesta para llevar a la música a todo el territorio y sobre todo a toda la sociedad. Con sus propios recursos y su propia determinación.

Fue un 13 de octubre de 1920 que la Orquestra Pau Casals ya estaba constituida y se presentaba al público en el Palau de la Música Catalana

En sus años de historia llegó a ofrecer 360 conciertos. El primero que ofreció fuera de Barcelona fue un 17 de octubre de 1922 en el teatro Fortuny de Reus.

Los 16 años de historia de esa orquesta, con motivo de su centenario, la muestran dos exposiciones complementarias en el Museu Pau Casals de El Vendrell y en el Museu de la Música de Barcelona.

Aquella formación, además de acercar la música al pueblo, contribuyó al reconocimiento de los músicos, que Casals seleccionó en Catalunya, y a los que pagaba con  unos salarios dignos, lo que dio a la actividad el reconocimiento merecido.

Pero también ayudó a profesionalizar el trabajo del músico. Puntualidad, estudio y obligación de asistir a todos los ensayos sin posibilidad de enviar a suplentes. Tal era la exigencia y el respeto hacia los músicos y hacia el público.

La Orquestra Pau Casals marcó a una generación de músicos y a divulgar la música clásica entre las clases trabajadoras hasta aquel 18 de julio de 1936 cuando hizo su último ensayo en el Palau de la Música Catalana. Un año después se disolvió y dejó a Catalunya sin una orquesta sinfónica estable.

Las exposiciones recuerdan esa ilusión y pasión de Casals por la música y la proximidad al pueblo. La muestra en Barcelona está centrada en la creación de la Orquestra, su origen y dimensión. Y en El Vendrell en el compromiso social y la actividad de aquella formación que realizó conciertos por toda Catalunya e incluso en París (1924) con motivo de los Juegos Olímpicos.

En todo caso ambas muestras son imprescindibles para conocer una historia que a menudo es incógnita pese a la significación que tuvo a nivel musical, emocional y social.

Las exposiciones presentan imágenes, partituras y objetos originales tanto de la orquesta como de su ilustre director. Y permite descubrir la faceta de director de Casals, uno de los mejores del siglo XX, pero muchas veces velada por su excelencia como violoncelista.

100 años
«100 años de Orquestra Pau Casals. Excelencia Musical y compromiso social» es el reconocimiento a una obra que también valió de la gratitud de los músicos como aquel homenaje que rindieron a Casals con un concierto en El Vendrell (10 de julio de 1927) en la hoy plaza Nova, entonces Pi i Maragall, y que como no podía ser de otra manera dirigió el propio Casals. 

Aquel día también se descubrió una placa en su honor en la que fue su casa natal y se obsequió al maestro con una batuta hecha con una rama de olivo extraída del pie del ángel de Tobies, la figura que corona la iglesia de la localidad.

Dimensión como director
Programas de conciertos por toda Catalunya, partituras originales, nóminas de los músicos, donaciones de Casals a la orquesta permiten en las exposiciones descubrir un sueño que se hizo realidad pero que Catalunya no ha sabido reivindicar pese a ser un ejemplo a nivel mundial.

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Aquel día Pau Casals volvió a sentir el cariño del pueblo. El Ayuntamiento de El Vendrell le nombró Hijo Predilecto. El alcalde Josep Vilanova entregaba al violoncelista una batuta de madera de olivo que le acompañó muchos años. Fue un 10 de julio de 1927.

Con aquella orquesta, Casals también mostró su dimensión como director, una pasión que su faceta de solista le impidió dedicarse por completo. Porque como decía, el único instrumento sin limitaciones era la orquesta. No fue hasta a partir del final de la Segunda Guerra Mundial cuando en su exilio volvió a dirigir de manera regular en el Festival de Prada (1950-1966) en el Festival de Puerto Rico (1957-1973).

Para obreros
La Orquestra Pau Casals también contribuyó a la creación de la Associació Ovrera de Concerts, una asociación creada por obreros  para divulgar la música sinfónica entre las clases trabajadoras como fuente de regeneración social y cultural y que llegó a tener 3.000 socios.

La Orquestra Pau Casals se mantuvo hasta el 18 de julio de 1936. Aquel día ensayaba en el  Palau de la Música la Novena Sinfonía de Beethoven para participar en la Olimpiada Popular de Barcelona organizada  contra los Juegos Olímpicos de Berlín bajo el régimen nazi.
Durante aquel ensayo llegaron noticias del alzamiento militar de Franco. Como último gesto contra la barbarie, la orquesta interpretó por última vez la Novena de Beethoven. Y la barbarie amordazó a la música.

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