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Un proyecto de la URV propone un servicio de socorristas todo el año en Tarragona

El Beach Safety Project analiza los 70 municipios del litoral catalán y plantea un modelo de salvamento autonómico. Ahora, el despliegue depende de cada ayuntamiento y no hay homogeneidad: por ejemplo, Barcelona invierte diez veces más que el Vendrell

Socorristas realizando labores en la costa de La Pineda, este verano.

Socorristas realizando labores en la costa de La Pineda, este verano.Alba Mariné Torrell

Mónica Pérez

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Sentar las bases de un planteamiento del servicio de socorrismo unificado a nivel de Catalunya y que este sea eficiente y basado en criterios científicos. Es el objetivo del Beach Safety Project, un estudio impulsado por el doctorando Pablo Martín Epifanio dentro del programa Ciudad, Territorio y Planificación Sostenible de la URV. El proyecto, dirigido por Maria Yolanda Pérez Albert, analiza cómo los 70 municipios del litoral catalán, de Portbou a Les Cases d’Alcanar, gestionan sus playas, qué medios –materiales, humanos y económicos– dedican al salvamento, sus problemas y la forma de paliarlos. Y, aunque presentará sus resultados íntegros a finales de año, ya ha arrojado algunas conclusiones. Entre las propuestas que lanza, la creación de un servicio de socorristas todo el año.

«No hay legislación que marque cómo deben vigilarse las playas, la principal es de 1972 y fija la señalización de banderas que conocemos; ni hay homogeneidad entre ayuntamientos, sino que cada uno decide discrecionalmente cuánto y cómo gasta o si no vigila. Debería haber un ente supramunicipal que regule y equilibre los servicios, sin que dependan de la capacidad de los municipios», explica Martín.

Desde el año 2000, cuando el salvamento dejó de estar exclusivamente en manos de Cruz Roja, los ayuntamientos iniciaron la contratación de empresas privadas, cada uno aplicó su enfoque y «empezó ahí la falta de criterio». El desorden se ve en cuestiones como la falta de uniformidad –cada empresa viste al personal de un color–, letreros y horarios. Y en la inversión.

Martín aporta cifras a modo de ejemplo: «Barcelona gasta 2.500.000 euros al año en cubrir unos 5.500 metros lineales de playa, es decir, 448,43 euros por metro lineal de playa y año. Tarragona, para 6.680 metros de playa, gasta 659.072 euros que son 98 por metro lineal y año. Y en el Vendrell, se cubren unos 6.175 metros con 355.945 euros, lo que supone 57,64 euros por metro. Barcelona gasta 10 veces más que el Vendrell». Además, «muchas playas de altísima ocupación, algunas en la Costa Daurada, no tienen socorrismo» y, en ocasiones, esto ni se señaliza.

Como no existen horarios ni periodos instaurados, los ayuntamientos marcan los que pueden o quieren costearse. «Mientras los hay que empiezan la vigilancia en Semana Santa, otros se limitan a cubrir la franja típica del 15 de junio al 15 de septiembre, dejando muchos días la playa con mucha gente y sin socorrismo», detalla Martín. El descontrol es difícil de manejar por los bañistas en general, pero especialmente por el turismo.

Un equipo reactivo

Por todo ello, una de las propuestas del estudio es crear un «equipo reactivo», una suerte de «servicio de socorrismo mancomunado entre varias localidades cercanas» que pueda operar «fuera del horario y durante todo el año». Esto, señala el doctorando, «ayudaría a reducir la cifra de ahogamientos». Las playas de Tarragona han registrado este verano seis víctimas mortales, un 30% de las de Catalunya.

El Beach Safety Project ha desarrollado el sistema Infoplayas, un conjunto de software y hardware que permite a los socorristas, a través de una terminal similar a un smartphone, cargar datos de las playas a tiempo real, que se convierten en mapas de calor y que pueden revisarse sobre la marcha.

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