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Historia

Pau Casals: el músico de que rozó el Nobel de la Paz

El violonchelista de El Vendrell fue propuesto en varias ocasiones por su compromiso con la libertad y la paz

Pau Casals.

Pau Casals.FUNDACIO PAU CASALS

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Pau Casals (El Vendrell, 1876–San Juan de Puerto Rico, 1973) no fue solo un virtuoso del violonchelo, sino también una figura de profundo compromiso con la paz, la justicia y la libertad. Ese legado humanista llevó a que, en varias ocasiones, su nombre sonara como candidato al Premio Nobel de la Paz.

Según la documentación histórica del Comité Nobel, Casals fue propuesto al galardón en 1956, 1958 y 1959, y llegó a figurar entre los finalistas en la primera ocasión. Su papel como defensor de los derechos humanos, su exilio voluntario tras la Guerra Civil y su denuncia constante contra las dictaduras lo convirtieron en un símbolo ético más allá de la música.

En 1958, su célebre discurso ante la Asamblea General de las Naciones Unidas, en el que pronunció el recordado “I am a Catalan”, reforzó su prestigio internacional. Aun así, aquel año el Nobel de la Paz quedó desierto, lo que avivó el debate sobre las razones por las que el músico nunca llegó a recibirlo.

El violoncelista de El Vendrell ya había firmado el manifiesto del también músico francés Albert Schweitzer contra la proliferación de las armas nucleares. Schweitzer sí recibió el Nobel de la Paz.

Diversos estudios apuntan a que el contexto político de la Guerra Fría y su condición de exiliado pudieron influir en la decisión. Las tensiones diplomáticas y el deseo del Comité Nobel de evitar figuras políticamente incómodas pesaron más que su reconocida labor pacifista.

En la sede de ONU, Casals dijo que «nunca como ahora el mundo ha estado tan cerca de la catástrofe. Los extraordinarios descubrimientos científicos que, en el curso de nuestro siglo, han conseguido diversos grandes intelectuales en su búsqueda de conocimientos, son explotados para la fabricación de instrumentos cuya capacidad de destrucción es monstruosa».

Aunque nunca obtuvo el Nobel, Casals fue distinguido en 1971 con la Medalla de la Paz de las Naciones Unidas, un reconocimiento que consolidó su papel como embajador de la concordia a través de la música.

Hoy, más de medio siglo después de su muerte, su legado continúa vigente. Casals demostró que un artista puede ser también una voz moral y que la música, en sus manos, fue mucho más que arte: fue un acto de compromiso con la humanidad.

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