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El 'lifting' de la playa de Altafulla

Medidas de todo tipo se aplican a corto plazo para intentar mantenerla: de la arena trasladada por el Port de Torredembarra a la ampliación del cordón dunar y nuevos arreglos de la escollera

El estado de la playa en la zona más próxima al Fortí tras recibir 7.000 metros cúbicos de arena.

El estado de la playa en la zona más próxima al Fortí tras recibir 7.000 metros cúbicos de arena.Marc Bosch

Mónica Pérez

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La playa de Altafulla ha estrenado esta semana nueva cara: el Port de Torredembarra ha culminado el traslado de 7.000 metros cúbicos de arena de la playa de la Paella que, cumpliendo con su título concesional y siguiendo instrucciones del Ministerio para la Transición Ecológica, había comenzado el 1 de diciembre; y el Ayuntamiento altafullense ha terminado también de distribuirla por su litoral, con una inversión de 30.000 euros.

La mayoría de los sedimentos se han depositado en la zona del Fortí para generar allí «altura y algo de reservorio», y se espera que buena parte vaya «circulando naturalmente» con el tiempo hacia Botigues de Mar, el punto más delicado. El resto de la arena llegada de la Torre se ha abocado directamente en Botigues de Mar con la finalidad de «generar un perfil que se había borrado» y para que «el mar no impacte con tanta fuerza contra la escollera», tal como explica la coalcaldesa de Altafulla, Alba Muntadas. Allí «no se han ganado metros y, a simple vista, parece que no se haya hecho nada», pero «la realidad es que ha sido un plan de choque que ha creado una barrera sumergida que debería ayudar».

Altafulla trata de blindar su playa, consciente de que buena parte de esos 7.000 metros cúbicos de arena se perderán en los temporales de invierno porque la aportación «debió haberse hecho antes, ahora no es la mejor época». Y, por eso, aplicará otras medidas inmediatas, tal como especifica Muntadas.

«Recientemente hemos ampliado el cordón dunar, delante de Voramar, donde ya teníamos una zona balizada», explica la coalcaldesa. Este sábado, 13 de diciembre, se ha programado una jornada organizada con la Associació Mediambiental La Sínia para reforzar ese sistema dunar plantando especies autóctonas. «Ahí se acumula arena, aunque no sea en grandes cantidades, que también nos puede servir para hacer un movimiento propio como este verano», precisa Muntadas.

Además, está prevista una intervención de mantenimiento de la escollera para «recuperar piedras que habían ido cayendo desde la última vez que se arregló». Esta actuación está a la espera de que las condiciones permitan el acceso de maquinaria pesada, que ahora lo tiene complicado por el poco margen respecto al mar. Altafulla se encuentra aún pendiente de obtener la concesión del paseo, prácticamente dos años después de haberlo solicitado.

A medio plazo, hacia primavera, el Port de Torredembarra llevará a Altafulla otros 7.000 metros cúbicos de la parte seca de la Paella que, en ese caso, posiblemente se concentren más en Botigues de Mar. Y espera que sea la última vez: apoyándose en estudios científicos, el puerto tratará de deshacerse de la cláusula de su contrato que le obliga a realizar el trasvase, bajo la premisa de que su presencia no afecta de ninguna forma a la playa de Altafulla.

En lo que hay consenso es en que la llegada de arena no es una solución definitiva. El Ayuntamiento de Altafulla está pendiente de opciones como un espigón sumergido o la remodelación de los extremos del paseo para hacer la playa más resiliente al cambio climático y darle más espacio, permeabilizando y renaturalizando.

El reperfilado de La Paella, más tarde

El reperfilado que Costas llevará a cabo en la playa de la Paella de Torredembarra para poner fin a las lagunas que presenta llegará algo más tarde de lo previsto. Se ejecutará a inicios de 2026. Los grandes charcos surgieron a raíz de la extracción de arena de 2024 para paliar los efectos del temporal Nelson.

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