En su momento hubiesen podido hacerse hasta 2.000 viviendas en unos terrenos forestales de gran valor natural y con grandes pendientes. Eso sí, con vistas espectaculares vistas al mar.
Toda esa área de más de 100 hectáreas estuvo amenazada por el modelo especulativo que ya condenó a Segur de Calafell durante décadas y del que no se ha recuperado.
Recortada y protergida
El anterior Ayuntamiento de Calafell encabezado por Jordi Sánchez (PSC), recortó aquel plan general expansionista para la zona en 2001. Tras firmar convenio con los propietarios, todo ese área pasó a estar calificada en 2011 como zona verde y rústica y por tanto, protegida.
El área protegida es un gran espacio de unas 100 hectáreas que sin embargo está muy degradado a causa de incendios y vertidos de todo tipo durante años. Pero la zona es un gran corredor ecológico que permitiría incluso conectarse con el parque del Foix generando un gran área de interés natural.
Accesibles
El Ayuntamiento pretende recuperar todo ese parque natural en la parte más elevada de Segur de Calafell. Los terrenos sin embargo son poco accesibles por su orografía, lo que dificulta que los vecinos puedan aprovechar la zona para pasear y realizar actividades al aire libre.
La ordenación la planificarán los alumnos del instituto La Talaia, donde siguen un ciclo de grado medio de jardinería y horticultura, para que realicen el proyecto de recuperación y paisajismo.
Abrir a la población
El objetivo es la limpieza y desbrozado de todo el terreno, la recuperación ambiental, plantación de especies autóctonas, reconstrucción de márgenes y acondicionamiento de caminos. El proyecto contempla la rotulación informativa de ecosistemas y un programa de actividades.
Los terrenos están junto a la zona del Mirador de Segur, donde hubo un restaurante circular sobre el puente de la autopista C-32 y que fue derribado ya que tras años de cierre los vecinos denunciaron que era un refugio de delincuencia.
El Ayuntamiento de Calafell ya compensó en 2001 con 100 millones de pesetas a los propietarios de parte de los terrenos, la familia Orbaneja, para que redujeran la urbanización que tenían previsto hacer. En una segunda negociación con la empresa Gaudir se amplió hasta 84 las hectáreas que quedan protegidas en el nuevo Plan General y ya son un centenar.
El actual alcalde Ramon Ferré ya dijo que las zonas protegidas y que han sido afectadas por incendios no se recalificarían como urbanas para garantizar su preservación y evitar acciones que puedan tener intereses especulativos en terrenos del municipio.
