Cerca de 2.000 personas se manifiestan en Cambrils

Los asistentes pidierona a la alcaldesa Camí Mendoza (ERC) la retirada de la bandera española del Ayuntamiento.

03 octubre 2017 19:13 | Actualizado a 03 octubre 2017 19:22
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Cambrils se ha manifestado en esta tarde de martes en la plaza del Ayuntamiento contra la violencia policial y la represión del Estado. Cerca de 2.000 cambrilenses se concentraban a partir de las seis de la tarde para defender los derechos y las libertades de los ciudadanos y, de paso, pedir a la alcaldesa, Camí Mendoza,la retirada de la bandera española que ondea en el consistorio.

Antes de iniciar la manifestación, un grupo de bomberos ha avisado de que si algún ciudadano veía a una persona con actitud agresiva no se entrara en su provocación y lo grabara con el móvil.

Acto seguido, se ha leído un manifiesto en el que se aseguraba que se habían «vulnerado los derechos fundamentales y las libertades democráticas» y se exigía la retirada de las fuerzas de seguridad del Estado. «No vamos a tolerar ninguna agresión más», decía el texto. 

Algunos concejales del consistorio también han aprovechado el acto para condenar los hechos ocurridos el pasado domingo. La portavoz del PDeCAT, Mercè Dalmau, ha utilizado una frase de Francesc Macià para su discurso: «Catalanes, sabed haceros dignos de Catalunya», dijo. 

Por su parte, la alcaldesa Camí Mendoza ha afirmado: “En estos momentos es un orgullo ser la alcaldesa de Cambrils. La represión no tiene sitio y menos en el estado catalán que queremos construir».

Seguimiento de la huelga

El municipio se ha sumado a la huelga general convocada por la Mesa por la Democràcia. Desde primera hora de la mañana, las calles han permanecido desiertas. Las dependencias y organismos municipales han estado cerrados todo el día, exceptuando la OAC (Oficina d’Atenció Ciutadana). También cerraban todos los centros educativos, tanto los públicos como el centro concertado.

Muchos de los establecimientos han optado por bajar sus persianas y sumarse al paro colocando un cartel pegado en sus persianas en el que se podía leer el siguiente mensaje: «Soy una tienda triste. Hago huelga contra la brutalidad. Dignidad. Libertas. Justicia».

Bares, restaurantes emblemáticos del puerto, peluquerías, zapaterías, ópticas e incluso supermercados, bancos y farmacias, que anunciaban que ofrecían un servicio mínimo.

A media mañana, varios turistas y padres con hijos paseaban por el puerto aprovechando el día soleado y tomaban algo en los pocos bares y heladerías que abrían con normalidad. “Los problemas no se solucionan haciendo huelga. Se solucionan dialogando, no creando más malestar”, apuntaba al Diari uno de los propietarios de estos establecimientos.

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