Cinco insólitas cosas que hay en las playas

No en todos los cruceros el viajero se pasa todo el día de excursión. También pasea por la playa y halla objetos que jamás se habría imaginado

06 agosto 2018 11:43 | Actualizado a 09 octubre 2018 12:41
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Aquotic.com el buscador de cruceros más rápido del mundo ha seleccionado las cinco cosas más extrañas que se han podido encontrar en las playas del mundo. 

Miles de piezas de Lego. Península de Cornualles (Reino Unido). El 13 de febrero de 1997 el portacontenedores Tokio Express sufrió un temporal de película, con olas que hicieron que se ladeara de tal manera que 62 contenedores cayeron al agua a unos 30 kilómetros de la península de Cornualles en Reino Unido. Uno de ellos contenía nada más y nada menos que casi cinco millones de piezas de Lego que iban con destino a Nueva York.

Dientes de Megalodon. Playas de Florida y California (EEUU). Todo el mundo se acuerda de la película ‘Tiburón’, especialmente cuando se da un baño en el mar, el de la película es un Carcharodon Carcharias o más conocido como Tiburón Blanco, de entre 5 a 7,5 metros de longitud. Bien, pues su primo mayor que surcó los mares hace 20 millones de años medía entre 18 y 24 metros. Se extinguieron hace 2 millones de años y hoy en día lo único que queda de ellos son sus dientes fosilizados, de hasta 18 centímetros de longitud. Encontrarlos en las playas de Florida y California, en Estados Unidos es más frecuente de lo que se piensa. En España se han encontrado varios en Canarias.

Un caza de la Segunda Guerra Mundial. Gales (Reino Unido). Hace unos años, en una playa de Gales apareció, de repente, un caza de la Segunda Guerra Mundial. Se trataba de un Lockheed P-38 Lightning que hizo su último vuelo el 27 de septiembre de 1942. El piloto salió ileso del accidente, pero la aeronave se hundió en el mar, hasta que una tormenta lo arrastró del fondo del mar a la orilla. 

Una lápida. Ocean Beach de San Francisco (EEUU). Cuando el Ayuntamiento de San Francisco decidió trasladar dos cementerios de lugar para que la ciudad pudiera crecer, utilizó miles de lápidas ‘sobrantes’ como material de construcción para edificar unos canales. Una de esas lápidas se ‘escapó’ y fue a parar al mar.

Huevos brillantes. De Venezuela a Argentina (Océano Atlántico). Realmente no son huevos en sí mismos, sino ovicápsulas de 4 a 8 centímetros de diámetro, una especie de burbujas que protegen a entre 10 y 30 embriones que hay dentro. Estas estructuras vagan libres por el océano. Así aseguran su dispersión, pero al hacerlo también corren el riesgo de que por acción de las mareas o los vientos acaben en alguna de las playas que van de Venezuela a Argentina.

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