Dos Ángeles del Infierno, no culpables de un ataque racista en un bar de Cambrils

La Audiencia Provincial reconoce los hechos pero no hay pruebas contra los acusados

28 mayo 2019 12:35 | Actualizado a 28 mayo 2019 12:38
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Los dos miembros del grupo Ángeles del Infierno procesados por haber atacado a un ciudadano senegalés por temas racistas en un bar de Cambrils en 2011 han sido absueltos por la Sección Segunda de la Audiencia de Tarragona. Los magistrados no dudan de que los hechos ocurrieran, pero tienen dudas –vistas las declaraciones de los testigos– de que los autores sean los dos acusados –representados por los letrados José María Cenera y Rafael Vicario–.

La sentencia considera probado que el 29 de mayo de 2011 los dos acusados, sin antecedentes penales –pertenecientes en aquel momento al grupo urbano Hells Angels MC o Ángeles del Infierno– se encontraban en el interior de un bar de Cambrils, lugar en el que también se hallaba el ciudadano de origen senegalés.

Sobre la una de la madrugada tuvo lugar un incidente consistente en que, tras mantener una inicial discusión un chico con la víctima –con motivo de una previa conversación con una chica–, sin mediar palabra, otra persona no determinada le golpeó en la cabeza con la mano cerrada, cayendo al suelo.

En ese momento, un grupo de personas no determinadas le pegaron, propinándole patadas, sacándole del local a golpes, empujándole hacia el exterior del establecimiento. Allí, tras rodear a la víctima, una persona no identificada, con un arma blanca, trató de apuñalar al hombre. Éste se zafó colocando el brazo para repeler el pinchazo, comenzando a sangrar abundantemente, siendo apuñalado de nuevo en el pecho, cayendo al suelo. Dicha lesión provocó un sangrado importante. Si bien se produjo en una zona donde hay órganos vitales, no afectó a ninguno de ellos al penetrar el arma de forma paralela, no perpendicular.

En la cisterna del baño de hombres del establecimiento fueron interceptadas tres navajas. Una de ellas llevaba una esvástica nazi y una había sido introducida en la cisterna por uno de los acusados. El otro arrestado, una vez detenido en el interior del vehículo policial, dijo: «Cuando salga voy a cargarme a ese negro de mierda».

La sentencia

Para los magistrados resulta «incuestionable» la veracidad de las manifestaciones de la víctima, «en tanto no existe ningún motivo para dudar de su credibilidad y además aparece corroborada dicha realidad». Pero ni el perjudicado ni los testigos directos imputaron o atribuyeron directamente la participación, intervención o implicación de los dos acusados en la agresión al denunciante.

El afectado en ningún momento identificó a los acusados. Cuando la Policía detuvo a los sospechosos, él lo escuchó, pero no los llegó a ver ni a efectuar una identificación in situ, poniendo de relieve además que todos vestían de manera parecida. 

Nadie duda de la presencia de los acusados en la zona –uno fue detenido en el interior del local y el otro, a unos 50 metros–. Pero no existe prueba directa, dicen los magistrados, que sustente su participación concreta en los hechos. Y ello a pesar de que durante el juicio declararon muchos agentes de la Policía Local de Cambrils y de los Mossos d’Esquadra. Los primeros policías que llegaron al lugar se encontraron un tumulto en el exterior del bar, informándoles varias personas que un hombre de color había sido agredido y le habían apuñalado.

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