El Baix Penedès quiere salvar sus últimas cabinas

El Ayuntamiento de La Bisbal pedirá a Telefónica que no la retire y podría guardarse como pieza de museo

10 septiembre 2018 16:53 | Actualizado a 18 septiembre 2018 12:37
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Allí sigue. En la avenida Colom de La Bisbal del Penedès, cerca de  la cooperativa agrícola como hace décadas. Es ya una de las pocas cabinas telefónicas que quedan en la comarca. Y además bien conservada. Cabina entendida como lo que era una cabina. El cubículo de cristal con su teléfono y repisa.

No fue la única que tuvo el pueblo. Durante años hubo otra frente a lo que hoy es el Centre Municipal de Cultura y que fue muy usada cuando los teléfonos móviles ni se imaginaban.

Eliminadas
Pero como todas las cabinas que quedan en España puede tener los días contados. De las 55.000 que había en 1999 apenas quedan 18.000 tras el plan de gobierno de retirada de estos elementos protagonistas del paisaje urbano.

Un 88% de los españoles nunca ha usado una cabina y, según Telefónica, en la mitad de las que hay no se realiza ni una llamada. No es el caso de La Bisbal. La alcaldesa Agnès Ferré explica que la cabina del municipio está en uso. «Hay vecinos que todavía la emplean». Principalmente con tarjetas. «De momento no nos han informado de que haya intención de quitarla».

Sin información
Pero el Ayuntamiento de La Bisbal pediría que se dejase. Incluso desde colectivos de historia local de la comarca señalan que «los ayuntamientos que tengan deberían conservarlas como patrimonio antropológico», como señala el geógrafo y concejal de Cunit, Jaume Casañas.

Plantea que llegado el caso de un desmantelamiento de las cabinas, pueda rescatarse algunas para conservarlas en algún centro cívico, biblioteca o sala de algún municipio.

Desierto
El Ayuntamiento de La Bisbal espera que la cabina pueda seguir en funcionamiento y resista. Pero en el último concurso estatal no se presentó ninguna empresa para el mantenimiento de las cabinas. Así, se designó a Telefónica para el trabajo en 2017 y 2018.

«La de La Bisbal está en buen estado y se respeta», señala Ferré. Pero la propia la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia ya no contempla el mantenimiento de las cabinas dentro del servicio universal de telecomunicaciones, como tampoco el servicio de guías telefónicas.

La cabina de la avenida Colom de La Bisbal es una de las últimas muestras de aquellos teléfonos públicos que funcionaban con monedas y que comenzaron a instalarse en las calles en el año 1966.

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