El niño herido en Vila-seca estaba jugando con un amigo en el tejado de la nave

La Policía Local ya ha enviado un informe al juez. El menor sigue grave en la Vall d’Hebron, donde ingresó en la madrugada del martes. Las intervenciones quirúrgicas en Joan XXIII le salvaron la vida.

30 mayo 2017 19:28 | Actualizado a 24 noviembre 2017 19:59
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La caída de un adolescente en una de las naves en desuso del polígono industrial L’Estació de Vila-seca ha sacado a la luz el uso indebido de estas instalaciones privadas por parte de diferentes colectivos: okupas, manteros, grafiteros, consumo de drogas e incluso pista de skate.

Fuentes municipales han reconocido que las llamadas de alerta por la presencia continua de personas en el interior de estas naves antiguas de Vila-seca son frecuentes desde hace muchos meses y el riesgo de un accidente como el del lunes era alto. Las mismas fuentes añaden que la Policía Local de Vila-seca se ha hartado en estos últimos meses de identificar a diferentes jóvenes, algunos menores de edad, que utilizaban estas naves vacías como un ‘parque de atracciones’ muy peligroso. Escalando, haciendo circuitos de skate...

Cuando el lunes por la tarde la Policía Local de Vila-seca se entrevistó con el amigo del menor herido, de la misma edad, éste reconoció a los agentes que los dos chavales estaban jugando en el tejado y que un paso en falso provocó la tragedia de su compañero de fatigas.

Agujero en la pared

Los dos menores (Mossos tenía en sus notas iniciales a tres personas, pero el parte de la Policía Local sólo identificó a dos) entraron por un agujero que se encuentra en la pared lateral de la nave.

No se trata de la parte frontal de la empresa, donde Avidesa-Nestlé tenía las oficinas cuando estaba operativa y tiene el techo más bajo que la nave de detrás. La construcción está pegada detrás de las oficinas y en su interior están los muelles de carga y descarga de los tráilers que se abastecían de género antes de repartirlo por las heladerías de la Costa Daurada.

Los dos amigos estuvieron en la nave y decidieron subirse al tejado. Hay unas escaleras de obra con una barandilla y una puerta metálica de color azul. Esta puerta da a una terraza encima de las oficinas. Escalando hasta la parte superior de la puerta llegaron a una ventana que está a tocar del tejado. De allí hasta la cima de la nave industrial era cuestión de un leve esfuerzo para dos adolescentes ágiles.

Uralita

Parte de la estructura del tejado es de uralita, un material que debe reciclarse de forma especial por el amianto que contiene, una sustancia potencialmente cancerígena.  Pero junto a estas láminas de uralita hay otras de plástico duro que permiten una entrada de luz natural dentro de la nave. Todas las naves de esta zona del polígono tienen el mismo patrón de construcción.

Durante la excursión por el tejado, el menor pisó la zona de plástico y el desgaste del material y el peso del niño, por encima de los 60 kilos, fueron factores determinantes para que la estructura cediera (foto pequeña).  La altura del tejado hasta el suelo de hormigón de la nave industrial vilasecana se sitúa entre los 12 y 15 metros, dependiendo de si se coge de base el muelle de carga o la parte inferior. 

Fue su amigo el que llamó al 112 para avisar de lo ocurrido en la nave en desuso y esperó a la llegada de los agentes (Mossos, Policía Local y ambulancia) para explicar lo ocurrido y dar el teléfono de los familiares de su amigo, que se enteraron poco después de las siete de la tarde de la caída. El amigo pudo desandar el camino y llegar hasta el interior de la nave industrial.

El menor cayó entre dos muelles, probablemente de lado ya que la parte más afectada del cuerpo tras el impacto se concentra en los órganos de la zona abdominal. La profesionalidad de los especialistas del Joan XXIII le salvó la vida y una vez salido del quirófano, se recomendó un traslado de urgencia hasta la UCI de la Vall d’Hebron.

Operado y trasladado

El menor de 13 años está ingresado en la UCI de la Vall d’Hebron desde la madrugada de este martes, cuando una ambulancia medicalizada del SEM lo trasladaba desde el hospital Joan XXIII. SEM informó que aunque era un adolescente de 13 años de edad (cumple los 14 en verano) es un chaval alto y que supera los 60 kilos de peso, por lo que se decidió utilizar la ambulancia medicalizada de Tarragona y no pedir la llegada de un vehículo pediátrico para hacer este transporte urgente interhospitalario.

La nave maldita

Las oficinas de esta empresa fueron el escenario de una tragedia el 17 septiembre de 2008. Aquel  día, cuatro atracadores, dos menores de edad, irrumpieron en las oficinas en busca de dinero. Poco antes ya habían robado el vehículo en el barrio de Campclar y una vez en las oficinas amenazaron a dos mujeres y a un hombre con las dos armas. Un cuarto trabajador, que estaba en el baño, no se percató del atraco y al salir fue interceptado por uno de los asaltantes, que lo encañonó hasta una oficina y le obligó a tirarse al suelo. Los nervios impedían a la víctima estarse quieta y el asaltante de la escopeta le golpeó con la culata. En la agresión, al atracador se le escapó el arma disparándose fortuitamente y matando al empleado. Los atracadores huyeron en el coche robado y con un botín de poco más de 6.200 euros y  fueron arrestados días después.

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