Hard Rock contempla rascacielos de 75 metros y uno que llegue a los 90

El planeamiento modificado para albergar este complejo turístico integrado (CTI) tiene el mismo techo edificable que en 2016, aunque la superficie de terrenos se ha reducido un 40%

28 febrero 2022 21:20 | Actualizado a 05 marzo 2022 06:59
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El futuro complejo turístico que pretende nacer al sur del Centre Recreatiu i Turístic (CRT) de Vila-seca y Salou, conocido como Hard Rock porque es la empresa adjudicataria del mismo, ha iniciado su andadura con la aprobación inicial de la modificación del Plan Director Urbanístico (PDU). Unos retoques obligatorios de la propuesta definitiva de 2016 marcada por una sentencia del Tribunal Superior de Justícia de Catalunya (TSJC) de finales de septiembre de 2020.

En este planeamiento retocado se abre ahora la etapa crucial del proyecto, que más allá de las declaraciones públicas de optimismo (sobretodo de actores políticos implicados: Salou, Vila-seca y la Generalitat), todavía queda un largo recorrido para poder afirmar con seguridad que el proyecto será una realidad.

En el actual PDU que se encuentra en fase de exposición pública uno puede hacerse una idea de cómo se plantea el desarrollo del espacio destinado a este complejo turístico integrado (CTI): parcelas para edificar, zonas verdes, espacios para equipamientos, viales...

Encaje de piezas

La primera diferencia entre el PDU de 2016 y el que se encuentra en exposición pública tras la aprobación inicial por parte de la Comissió Territorial d’Urbanisme  (CUT) es el espacio destinado al complejo turístico integrado. La superficie diseñada hace seis años partía de un total de 101,7 hectáreas y un techo edificable de 740.000 metros cuadrados.

En el actual PDU, la superficie se ha reducido hasta las 61 hectáreas (40,7 hectáreas menos), pero manteniendo el mismo techo edificable original. Esto se traduce en que los edificios que se han dibujado en las parcelas urbanizables deberán ser más altos para poder disfrutar del mismo techo en menos superficie del solar. En el artículo 154 de este PDU habla de las condiciones de la edificación y regula la altura máxima de las construccines, siendo los 75 metros de altura máxima desde la cota de la calle. Algunos incluso podrían ganar algunos centímetros o metros a este tope de 75. Se trata de la parte envolvente del edificio (cubierta, servicios, barandillas, elementos decorativos...).

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Aparte de esta altura máxima establecida (para los hoteles), hay una zona que tiene unas condiciones diferentes. En la memoria del PDU se explica que en la parte este, la altura permitida puede ser de 15 metros más, llegando hasta los 90, siendo el edificio más alto de todo el complejo turístico proyectado.

¿Y qué puede ser esta construcción singular que tiene 15 metros ‘extra’ de altura? De momento, ninguna de las fuentes consultadas se pronuncian al respecto, en un PDU que podría sufrir cambios sustanciales con las alegaciones que se esperan estos próximos días, tanto de carácter público como privado.

Alguien, pero, ha dejado caer que si uno de los edificios tiene forma de guitarra, el icono de Hard Rock, el clavijero (la parte final del mástil del instrumento) podría ser esta excepción de altura permitida en el artículo 154 del planeamiento del CTI.

El espacio para le casino 

Otro de los intereses informativos de este proyecto situado entre Salou y Vila-seca es saber cuántos casinos se permitirán y qué espacio ocuparán. En el PDU de 2016 se autorizaba una área de juego y mediante una resolución posterior se adjudicaba «la instalación y explotación de un casino de juego en el CRT a la firma Hard Rock BCN IR, SAU». Cabe recordar que la Llei 2/1989 del CRT (la que permitió levantar PortAventura) se modificó en 2014 para permitir más usos en estas 825 hectáreas, entre ellos el de juego (los casinos).

Esta empresa adjudicataria del concurso es filial del grupo estadounidense Hard Rock y se constituyó en 2018 con sede en Barcelona. Se creo para gestionar la licencia que la Generalitat otorgó. La filial se ha recapitalizado en estos últimos tres años para abonar a la Generalitat el montante de garantías que exige la licencia de un casino (cifrado en varios millones de euros). 

Al margen de los pasos dados hasta la fecha por el grupo americano para poder aterrizar en la Costa Daurada, el PDU reparte la totalidad del techo edificable (745.000 m2) en función de los usos y el 4% del mismo (30.000 m2) es el techo máximo que contempla para «el área de juego». La superficie equivale a un gran casino que posiblemente ocupe el espacio central de este complejo turístico cuando empiece a dibujarse.

El resto de techo edificable (ver gráfico adjunto) se reparte en uso hotelero, comercial y de ocio. El PDU añade que dentro de esta construcción máxima hay que contar con los usos complementarios de la actividad principal como son los aparcamientos, lavanderías, cocinas, almacenes, subestaciones eléctricas, depósitos de agua... «servicios complementarios, pero también necesarios», explica la memoria.

El corredor ecológico

Otro de los aspectos del plan es la movilidad para poder acceder a esta zona turística.  Las propuestas planteadas pasan por diferentes accesos al complejo turístico, una desde la vía más cercana, la C-31b (carretera que enlaza Tarragona con Salou) y otra desde la AP-7 y A-7 que requerirá de la conexión por dos recorridos diferentes y el Raval de la Mar (de Vila-seca a La Pineda).

El nuevo PDU ha clasificado dos grandes espacios de protección ambiental, 54 hectáreas situadas en el término de Vila-seca que hacen de frontera con la química y estos complejos turísticos. Al aumentar la protección ambiental del PDU, las zonas verdes y de equipamientos que fija le ley se han reubicado dentro de la pastilla de Hard Rock retocando la distribución inicial, planificada en 2016.

Y en esta recolocación de zonas verdes y equipamientos también obliga a replantear la movilidad de vehículos de entrada y salida a esta zona.

El PDU plantea tres alternativas. En todas ellas pretende que la franja verde que separa la C-31b de los edificios del complejo turístico sea una oportunidad para establecer una estructura territorial resilente para las transformaciones que el territorio experimentará: «Una estrcutura en forma de corredor verde multifuncional que estreche la comunicación entre Vila-seca, Salu y el núcleo de La Pineda».

La C-31b pretende convertirse en una vía urbana, pero a su vez se plantea un vial paralelo de acceso a estas parcelas rodeado de vegetación autóctona: pinares y olivos, básicamente. La interconexión entre la C-31 b y este vial se dibuja con rotondas y en amplias avenidas predominadas de espacios verdes.

Los accesos para enlazar el CTI con la autovía y la autopista serán por la avenida alcalde Pere Molas y uno de los nuevos ramales que contempla actualmente el POUM de Salou.

También prevé el PDU un acceso entre el Parc de la Torre d’en Dolça y PortAventura, que terminaría en un nudo de conexiones en la carretera C-31b.
En el apartado de conclusiones y en términos de movilidad, se estima que en la fase de construcción de este complejo haya hasta 105.000 desplazamientos diarios y que la cifra se triplique cuando esté abierto al público. En estos estudios iniciales que refleja el PDU se contempla una implantación gradual de transporte público que vaya adquiriendo protagonismo al vehículo privado. No se descarta que además de lanzaderas haya alguna apuesta ferroviaria de futuro.

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