Imaginación, colorido y variedad en la divertida rúa de Vila-seca

Una veintena de collas participaron en la edición de este año. El centro fue un río humano por el que fluyeron los 1.800 participantes

22 febrero 2020 20:30 | Actualizado a 24 febrero 2020 11:43
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Vila-seca vivió ayer un Carnaval divertido, musical, colorido y... muy variado. Hubo para todos los gustos, al tiempo que supusieron un viaje en el tiempo y a la imaginación. 

«Es como disfrutar de una película de diversos géneros pero sin moverse de la acera», decía uno de los asistentes mientras se sorprendía con una multitudinaria ‘invasión’ vikinga en la calle de Sir Esteve Morell Scott, lugar de partida de una rúa que concentró a unos 1.800 participantes.
El numeroso público presente llevaba ya un tiempo esperando  en la calle Tarragona a que arrancara la comitiva. 

El rey y la reina del Carnaval abrían el desfile en un precioso coche descapotable blanco de época.  Eso sí, acompañados por una moto policial que se encargaba de abrir paso a las 21 collas participantes de esta ocasión, alguna de las cuales procedía de Salou y que tres semanas atrás ya había disfrutado del Cós Blanc.

Ester, por ejemplo, se lo pasaba en grande disfrazada de bailarina de Moulin Rouge, acompañando a la Colla Gadi. Tras los reyes Carnestoltes, la Colla Confetti abría el desfile recordando con sus vestidos y su carroza a los clásicos carnavales de Venecia. Después llegaría el momento más ‘negro’ de la tarde. La encargada de ello fue la gótica y macabra familia Addams. La Colla Caracol lograba meter el miedo en el cuerpo a todos. En el aire flotaban las poses de Morticia Addams, al tiempo que sus componentes bailaban sin descanso como si no hubiera un mañana.

El apunte más «cercano» e «histórico» lo ofreció la Colla La Plana y su auténtico «ejército» romano. Una legión de participantes que empuñaba la espada, ataviados con sus cascos y corazas. Y, al paso de cada una de las carrozas, el confetti hacía acto de presencia, al igual que algunos caramelos, que acabarían siendo repartidos entre los más pequeños.

Motivos cinematográficos

La Asociación de Cubanos en Catalunya puso el toque marino al desfile, con sepias y calamares. Corrieron entonces ríos de tinta mientras huían perseguidos por el gentío de vikingos (la Recolla). Algunos de ellos aprovecharon los cuernos para llenarlos de cerveza y aguantar mejor el recorrido, que tenía su punto final en la zona de Sant Bernat Calvó.

El mundo cinematográfico tuvo un buen puñado de representantes. Por ejemplo, la Colla Los que Faltaban ofrecieron todo un recital de El Fantasma de la Ópera. Aunque verdaderamente el que lo dio fue su guitarrista, que interpretaba el vivo diversas piezas musicales. También Las Zumberas de Su se atrevieron con su espectacular versión de Grease, coche Grease Lightning incluido, aunque este fuera un viejo modelo de 1.500.

La Colla Els Amics rindieron homenaje a Coco, el filme de Disney inspirado en la festividad mexicana del Día de Muertos. Esqueletos entre los carnavaleros y retratos de los fallecidos en la carroza lograban causar el efecto perseguido: impactar. El Sombrerero Loco de Alicia en el País de las Maravillas era otro de los motivos festivos.

Aunque una de las más originales fue la Colla dels Divendres de Vila-seca y su Tío Pepe, puro sabor y color rojo andaluz.

ambién hubo momentos étnicos como los de la Colla Purgatori y sus polinesios o los cosacos de la Escola Sant Bernat Calvó. Los Amics Escola Miramar trataban de ir de incógnito como ninjas, pero fueron rápidamente avistados. Igual que la ingente cantidad de cowboys y bailarinas de salón travestidos de la Colla Sense Fred. Cheerleaders y jugadores de fútbol americano acabaron de echar balones fuera. Hubo alguna colla que no pudo disponer de carroza, pero eso no impidió que se divirtieran. Lo importante era pasarlo bien.

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