L’Hospitalet quiere limitar el aforo en la cala del Llop Marí y no descarta aplicar una tasa

Al final de la playa del Torn se encuentra un espacio protegido que termina en el mar formando una cala y una gruta del mismo nombre: Llop Marí. La leyenda local habla de un ser fantástico que atacaba a los piratas que osaban atacar estas costas.

Hasta hace poco, la cala y la gruta eran un reclamo turístico para empresas que ofrecían la ruta en kayak o paddle surf, por citar dos ejemplos, ya que su entrada solo era posible por mar. Los que tenían fuerzas, podían hacer el recorrido a nado y la meta era una cala desierta y una gruta con su playa escondida. El temporal Gloria de este 2020 ha engullido la playa de la cueva.

Con la supresión de la línea férrea de la costa, la cala y la Cova del Llop es accesible por tierra. El tramo de vía del tren se ha convertido en un camino que desemboca a la citada cala.

Ello ha convertido la cala en un espacio masificado que fijan allí la sombrilla antes de aventurarse a entrar en la Cova del Llop y disfrutar de la gruta, aunque sin la playa de antaño.

Rescates

El aumento de bañistas ha puesto la cala y la cueva en primera página informativa por los rescates que han llevado a cabo los socorristas de la localidad junto a Salvamento Marítimo, SEM y la Policía Local de Vandellòs i l’Hospitalet.

El Ayuntamiento se ha visto obligado puntualmente a poner a un socorrista en la cala, ya que la presencia de cartelería no impede que la gente haga caso omiso a los consejos de seguridad, entre ellos el de caminar entre acantilados o tirarse al mar desde ellos.

Ante el gran número de personas que han desbordado la cala y los bañistas heridos que se han atendido, el Ayuntamiento se está planteando medidas de cara a la próxima temporada con el fin de minimizar el impacto de esta zona protegida (El Espacio de Interés Natural La Rojala-El torn está catalogado por la Generalitat) con la disminución de usuarios en la cala.

La concejal de Turisme del Ayuntamiento de Vandellòs i l’Hospitalet de l’Infant, Maria José Gómez, admite abiertamente que una de las preocupaciones municipales es la seguridad de las personas que van a la cala y a la gruta marina.

Por ello, en esta temporada atípica se apostó para colocar cartelería en la zona, una medida informativa que no ha terminado de ser eficaz.

También se estudió ampliar el servicio de socorrismo y colocar una persona permanente en la cala y poder atender a un herido de forma inmediata. Ahora, el tiempo mínimo de llegada es de unos 5 minutos con la lancha de los socorristas, con base en la playa de L’Arenal. La llegada de helicóptero del SEM o la embarcación de Salvamento Marítimo no es inferior a este tiempo. Para el Ayuntamiento un puesto fijo de socorrista no es la solución ideal.

Territori i Sostenibilitat

El Ayuntamiento ha empezado a mover ficha. Es consciente de que las competencias son de la Generalitat, concretamente del Departament de Territori i Sostenibilitat. Para este otoño, «queremos reunirnos con diferentes áreas de esta conselleria y buscar la mejor solución para la convivencia del turismo en este espacio natural que tenemos», señala la edil.

El planteamiento inicial está claro y es innegociable: hay que reducir el aforo de bañistas. Sin masificación no hay deterioro ambiental y paralelamente se reduce el riesgo de accidente en la Cova del Llop Marí y en sus acantilados. La medida restrictiva también se plantea para las empresas recreativas que llegan por mar.

Maria José Gómez admite que reducir el aforo se puede plantear de muchas formas y aunque la competencia es autonómica, una tasa para acceder a la cala y a la gruta, cuyo dinero revierta en el mantenimiento del espacio natural de La Rojala-El Torn, estaría bien visto por el consistorio.