La carga de trabajo más dura para una empresa de Calafell

Repulsados Lasa ha pasado de hacer 6.000 urnas funerarias al mes a más de 17.000

30 marzo 2020 14:15 | Actualizado a 30 marzo 2020 14:24
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Está siendo el trabajo más duro de las últimas tres décadas. Y no por la carga de trabajo, sino por los encargos que Repulsados Lasa de Calafell no deja de recibir desde hace semanas.

La fábrica ha paralizado la fabricación de todos los demás productos que hacía y ahora en exclusiva fabrica urnas funerarias. De las 7.000 que podía hacer mensualmente hasta hace unos meses ha pasado a entre 16.000 y 17.000 al mes.

Repulsados Lasa trabaja para funerarias de todo el país y del extranjero. Para ayuntamientos, para aseguradoras. Andrés Sánchez, propietario de Repulsados Lasa explica que se han establecido dos turnos en la fábrica para evitar el contacto entre empleados. 

En silencio
Lamenta que la carga de trabajo sea de este producto. Se trabaja en un gran silencio. Que crezcan los pedidos significa que todavía no se ha puesto fin al drama que asola el país. El constante ruido de las máquinas muestra la dimensión de lo que sucede. «Es muy duro cuando encargan urnas blancas».

La fábrica trabaja normalmente para el sector eléctrico de las principales multinacionales energéticas, laboratorios, industria armamentística con carcasas de bengalas para los paracaidistas o casquillos y componentes de balas y morteros, llantas para vehículos, farolas de muchas ciudades, sanitarios antivandálicos para prisiones y piezas de aeronáutica. En 2015 hizo 17.000 antorchas para los Juegos Olímpicos de Río.

Trabajar tristes
Toda la producción está parada ahora. Excepto la continua fabricación de urnas. Los pedidos se incrementan. Las máquinas cada vez hace más ruido mientras el país cada vez está más en silencio. «Hemos de seguir. Nunca hemos trabajado tan tristes. Ojalá esto acabe pronto», pide Andres Sánchez. Que el sonido de las máquinas sea otra vez por las antorchas de una llama olímpica.

Repulsados Lasa es la  única empresa en todo el Estado que fabrica este tipo de objetos que también exporta. Los teléfonos no dejan de sonar con llamadas de muchas partes. 

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