Dos de las torres de defensa que tuvo El Vendrell se conservan como elementos singulares de la historia del municipio, la del Puig y del Botafoc, recuerdan un pasado defensivo de hace unos 150 años.
Fueron levantadas durante la Tercera Guerra Carlista. El pánico tras un ataque el 4 de marzo de 1874 llevó a las autoridades a fortificar la localidad. El historiador Pere Ferrando explica que ese ataque acabó con casas quemadas y una quincena de muertos.
El cronista de El Vendrell Josep Aixalà (1860-1950), que vivió aquel ataque y que poco después emigró a Cuba, escribió en 1930 que se decidió fortificar la localidad con tres torres defensivas. En su narración en La Font de la Menya detallaba que eran «tres torres artilladas formando un triángulo».
Diario de Tarragona
El Diario de Tarragona publicaba el 3 de abril de 1875 que «El Vendrell se están reforzando las obras de fortificación con la construcción de tres torres en el recinto exterior de la villa». Las torres del Botafoc y del Puig están en dos extremos de la localidad. Pero ¿dónde estaba la tercera torre de la que habla? Ferrando cree haber encontrado la localización.
Historiadores locales como Pau Arroyo y Joan Menchon han estudiado y documentado las defensas de El Vendrell. En 1994 plantearon que la tercera podía haber estado en la zona que hoy se conoce como Nou Vendrell.
Acercarse
El ámbito de dónde podía estar la tercera artillada se acotaba. Dos graduados en Historia por la URV, Sergio Jiménez y Marta Hinojosa, localizaron unos planos que podían dar pistas sobre la ubicación de la torre ausente.
Son documentos de Archivo Facultativo de Ingenieros y Comandancias de Obras de Ávila y del Archivo General Militar de Madrid. En ellos había mapas de El Vendrell de 1874. Y allí se veía la tercera de las torres.
Estaría donde está el colegio Sagrat Cor, en la confluencia de las carreteras de Valls y de Santa Oliva. Sería una torre más pequeña de las conocidas.
Ferrando explica en El Tres de Vuit que en el diario La Reinaixença hay una crónica en octubre de 1882 sobre la inauguración el edificio de actual colegio. Agradece la nota a Frederich Macià de Vilafranca la cesión del terreno a un precio bajo.
Pero también al brigadier Picazo por agilizar «el derribo de la fortificación enclavada en los terrenos del edificio dedicado a enseñanza». Para Ferrando es la referencia a una construcción militar.
Considera definitivo que en el texto se diga que «por todo ello merece la población de El Vendrell gloria y honor ya que en cinco meses ha sabido arrasar una torre símbolo de la guerra colovando en su lugar un gran elemento de civilización».
