El Tiempo
Estado Carreteras
Whatsapp
Encuesta
Directorio Empresas
Juegos
Miles de personas se dieron cita ayer en PortAventura para participar en una iniciativa solidaria que ya está más que consolidada. El parque acogió la 13ª edición de la fiesta Posa’t la Gorra, que organiza cada año la Associació de Nens amb Càncer de Catalunya (AFANOC). Los anfitriones, en esta ocasión, fueron los actores Fermí Fernández y Sílvia Abril, que se encargaron de dar paso a las distintas actuaciones (entre ellas las majorettes Rosa de Reus, Dasha Sovik -contorsionista de Cirque du Soleil, The Monkey Trans Show, Bandarra Street Orkesta o Xina Acrobàtic Show). El epicentro fue el área temática de la China, en la plaza que hay junto al Dragon Khan, que acogió a familias enteras que quisieron participar en esta iniciativa festiva y solidaria y disfrutar de los distintos espectáculos.
El evento empezó sobre las 11 horas, con actividades y talleres para los más pequeños. Pero la música y el humor dieron paso durante unos minutos a la emoción. Aina y Francesc Xavier se subieron al escenario. Ambos han tenido cáncer, y ayer fueron la voz de la AFANOC para leer el manifiesto. Señalaron la importancia de «continuar trabajando para sensibilizar a toda la ciudadanía». Subrayaron que el hecho de que los familiares se hayan organizado en una asociación ha conseguido muchas mejoras: «Podemos hablar de la enfermedad, el cáncer no es un estigma; mejoran las instalaciones hospitalarias; y los niños y adolescentes no queremos romper nuestro ritmo escolar, queremos formarnos y pensar en nuestro futuro». Los dos portavoces de la AFANOC subrayaron, entre muchas otras cuestiones, que «todo esto no habría sido posible sin la firme convicción de las personas que forman parte de instituciones, empresas, hospitales y entidades que han trabajado para conseguirlo», dijo Aina. Y apelaron a los asistentes a seguir cuidando su colectivo, para crear «una sociedad valiente y justa donde las personas que pasan dificultades no afronten solas sus problemas». Francesc Xavier se mostró optimista: «Entre todos hemos cambiado la percepción de la enfermedad». Aunque reconoció que todavía queda mucho por hacer.
Mientras, pequeños visitantes se acercaron a los stands. Participaron en talleres de tatuajes, chutaron a la portería de los deseos, saltaron sobre los inflables o bailaron bajo el sol del mediodía. Otros, quizás no tan pequeños, llenaron las atracciones. La mayoría de ellos lucían las emblemáticas gorras, en esta ocasión diseñadas por Custo, que volaron en una cita que ya se ha convertido en un ejemplo de solidaridad.
