La ratafía de Cunit que surgió de la habitación de Laura en el confinamiento

Reportaje. La joven ha creado ‘Ratafrías’ siguiendo un curso ‘online’ para elaborar el tradicional licor

20 noviembre 2020 10:20 | Actualizado a 20 noviembre 2020 12:10
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El nombre de ratafía tienen un origen de pacto y cargado de simbolismo. La historia explica que puede proceder de la expresión latina hay que entregar y que se manifestaba al levantar el vaso de licor en lo alto para ratificar un acuerdo verbal. Esa ratificación podría haber derivado en el nombre de ratafía.

Laura Frías, vecina de Cunit, estudia viticultura y enología en Sant Sadurní d’Anoia. Cuando comenzó el obligado confinamiento y las restricciones de movilidad, además del cierre de toda actividad, la vecina de Cunit había llegado a recibir la clase teórica para elaborar ratafía.

Pero Frías ya se fascinó con la elaboración de ese licor producido a base de hierbas y especias y que muestra la esencia de cada territorio donde se elabora. «Pero también con la aportación propia. Cada ratafía puede ser de autor», explica.

Con sus singularidades e incluso con las hierbas más habituales y típicas de cada zona. Como muchas de las que crecen en las montañas de Cunit mecidas por la brisa del mar, lo que hace que sea un ingrediente más que da personalidad a la creación.

Herencia

La vecina de Cunit tenía claro que no iba a perder esa teoría que ya en la imaginación le hacía calibrar en cómo preparar ese licor fruto de la maceración de una manera de hacer ancestral y que en muchos casos siguen recetas transmitidas de padres a hijos durante generaciones.

«Con el confinamiento nos quedamos con la práctica a medias». Así que decidió acudir a internet y seguir un curso online para aprender a preparar una ratafía.

 

El curso incluía el envío de todos los productos necesarios para comenzar en el mundo de la ratafía. Nuez moscada, tomillo, orégano, romero, nueces verdes... y el alcohol.

Alquimista

Casi como un alquimista con esas hierbas, Laura Frías comenzó en su habitación las mezclas, las proporciones y ese reposo a sol y serena en amplios recipientes de vidrio. Para esa cuarentena que dicta la tradición. Era cuestión de esperar. Tras añadir el almíbar y dejar reposar otros diez días.

La familia y algunos amigos sabían que la joven preparaba esa pócima que además tendría mucho de Cunit. Hasta que llegó el día de probarla.

Fue una sorpresa. Esa ratafía surgida de la habitación de Laura gustó. Y la voz se corrió por el pueblo. «Me ha sorprendido que gente que no conozco de nada me pregunte por mi ratafía. Incluso contactan a través de la redes sociales».

La primera tirada de 25 botellas ha sido un éxito. Tanto que Laura ya ha trasladado la producción al desván de casa de su abuela. Porque va a tener que aumentar la elaboración de una ratafía que ya lleva el nombre de Ratafrías y que tiene sabor de Cunit. El licor tiene 25 grados, como marcan los cánones.

Frías incluso prepara una edición para la Navidad. Con hierbas abundantes en las montañas de Cunit como el tomillo o la hierba luisa. «También tengo el objetivo de cultivar yo misma las plantas necesarias en el jardín de mi tío», explica.

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