Los Reyes Magos en Cambrils: Un día de regalo para volver a ser niños

Como ya es tradición los tres Reyes Magos repartieron esta mañana los paquetes de oriente a los cambrilenses

06 enero 2019 18:06 | Actualizado a 06 enero 2019 18:28
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Fue la noche más mágica. Pero también la más larga. Tanto para los que esperaban impacientes sus regalos como para los tres Reyes Magos que repartieron paquetes y paquetes durante horas. Y como ya es tradición se les hizo de día en Cambrils. Alrededor de las nueve de esta mañana empezaron a sonar bocinas por las calles. Sus Majestades habían llegado. 

Este año empezaron su recorrido por el barrio de la Parellada, por la plaza del Pòsit y finalmente por las urbanizaciones de Llevant y Ponent. 

Venían acompañados de decenas de pajes que les ayudaban a descargar los regalos de un enorme camión. En el Passeig Jaume I las familias esperaban los magos delante de sus casas pese al frío que hacía a primera hora de la mañana y las fuertes rachas de viento. El primer Rey que se dejó ver por la zona fue Baltasar. Los pequeños le recibieron con una gran ovación y alguna familia con una ola. Aún le quedaban caramelos para los más pequeños. 

Melchor no tardó en aparecer montado encima de un cuatro por cuatro a toda velocidad. Mariona y Jan le estaban esperando. La pregunta era obligada: «¿Os habéis portado bien?». Los dos asintieron con la cabeza. No sabían qué decir. Estaban impresionados. Mariona quería preguntarle muchísimas cosas al Rey pero se quedó en blanco.

Melchor les aconsejó que este año «los dos estudiaran más» y finalmente les pidió el DNI para comprobar que los paquetes se quedaban en la casa correcta. Hicieron cara de «tierra trágame». Se lo habían olvidado. No lo llevaban encima. Pero finalmente Melchor lo pasó por alto. 

Muchas familias les esperaban con el café en la mano. A los adolescentes de las casas no les sentó tan bien madrugar. Para ellos también fue una noche larga y efectivamente, tenían cara de sueño. 

A Oriol le trajeron lo que había pedido: «¡Un patineteee!», gritaba con ilusión en medio de la calle. Este fue el regalo estrella de estas Navidades. Los patinetes eléctricos y también los segweys. Su abuelo en cambio se llevó carbón. 

Se han pasado toda la mañana repartiendo juguetes, peluches, pelotas y también Playmobiles que nunca pasan de moda. A Mario, de 32 años también le trajeron un juguete este año y también era lo que había pedido.

Se trata de la SuperNintendo, una nueva versión de la clásica consola que cuenta con  21 juegos preinstalados, como Super Mario World, Donkey Kong Country, o Mega Man X. «Me encanta, es como volver a mi infancia», decía Mario. Y de hecho de eso se trata. Por un día todos volvemos a ser niños.  
 

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