Mujeres, hombres y niños lloran en La Pineda por la muerte de David Buzón Murillo, que en el cielo nos espera. Fuiste un niño grande querido por tu alegría y bondad, por eso tu familia y amigos no te pueden olvidar.
Tus amigos fueron todos, no podían faltar. David, tú no entendías de razas, a ti todos te daban igual, catalanes, andaluces, musulmanes y demás. Los colores blanco y verde fueron siempre tu bandera; tu equipo, el betis, el trabajo y la señera, trabajabas en un campo sintiendo la brisa del mar, escuchando a las palomas, los pájaros y su volar.
Posdata
David, intercede por nosotros allí donde tú estés, te decimos hasta ¡luego! Por que nunca te vamos a olvidar.