En la noche del pasado miércoles, la Policía Local de Vila-seca acudía a una llamada de la calle de L’Olivar. Una pareja de okupas y un bebé, procedentes de Barcelona, intentaban entrar en un piso vacío de un bloque de viviendas de esa calle.
La irrupción policial impidió la entrada. Lo curioso es que cerca de allí hay una casa okupada por otra familia que aceptó a los recién llegados como invitados mientras no encuentren su "piso" vacío por okupar. Al parecer hay en algunos bloques viviendas propiedad del banco.
La normativa actual permite a las personas empadronadas seguir residiendo de okupas y alargar el proceso de deshaucio por estar en una casa que no les corresponde. Además, a diferencia de los particulares, la actuación de los bancos es más lenta y ello permite que este movimiento habite en viviendas que no les corresponde.
Fuentes policiales señalan que muchas de estas personas que okupan casas son identificados y algunas veces denunciados por delitos menores como robos o hurtos.