Robert Benaiges: 'La política de hoy es muy publicitada, pero poco efectiva'

La Nostra Gent. Exalcalde de Cambrils por el PSC (1997-99 y 2003-11), además de político dispone de una actividad pública como escritor. Cuando dejó el cargo en el Ayuntamiento volvió a su trabajo como profesor

17 enero 2021 15:41 | Actualizado a 17 enero 2021 16:18
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La figura de Robert Benaiges Cervera (Cambrils, 1958) contiene una identidad política indiscutible en Cambrils, donde se trabajó un prestigio como alcalde por el Partit Socialista de Catalunya (PSC) en dos etapas (1997-99 y 2003-2011). Casi una década al frente del proyecto de ciudad le provocó algunos enemigos y también el cariño de muchos ciudadanos. Lógico cuando te expones sin red ante la opinión pública y más en tu localidad natal. «Fui feliz ejerciendo de alcalde», recalca.

Cambrils siempre se ha convertido en el ecosistema de acción de Benaiges, a pesar de sus flirteos con Barcelona en época de estudiante. Se licenció en Biología en la Universidad de Barcelona, justo cuando su actividad política se había activado de forma contundente. 

Hijo de pescador, su padre, Robert, le impregnó esa actitud intelectual y de izquierdas. «Él era muy antifranquista. Leía mucho y exponía una inquietud que me gustaba. Le estoy agradecido. De hecho, entré muy joven, con 14 años, en la Assemblea de Catalunya y siempre me animó». 

En edad precoz, el camino político de Benaiges resultó imparable. Su afiliación al PSC surgió con 16 años, en un acto en Cambrils en el que coincidió con Pep Torrents y con Gemma Messeguer. «Me presenté y les dije que quería afiliarme. Era muy joven y se quedaron sorprendidos», rememora. 41 años completó como activo socialista.

En ese intervalo extenso y de historias para escribir dos best-sellers, Benaiges recuerda su relación de rivalidad política con Josep Maria Panicello, otro de los alcaldes históricos y relevantes de Cambrils. «Había una confrontación muy dura con Convergència en 1997 y cuando me nombraron número uno de la lista le llamé y le dije que teníamos que frenar eso. Pactamos seis meses antes de las elecciones en una reunión en la Torre de Cambrils. Compartimos alcaldía y el mandato fue muy amable». En su estreno como edil «la primera llamada que recibí fue la de Pasqual Maragall. Incluso se dejó el teléfono abierto y escuché la conversación posterior. Una anécdota simpática».

De carácter fuerte, a veces vehemente, Benaiges ve ahora cómo solo la perspectiva del tiempo mejora las decisiones que ya no se pueden modificar. «Seguro que en algunas cuestiones actuaría de otra manera. Quizás con la problemática de la Plaça del Pòsit. Siempre quise apoyar a la Confraria, pero personalmente no me gusta cómo ha quedado».

La obra del Teatre Auditori, todavía inacabada, también pesa sobre sus espaldas, pero lo tiene claro. «En marzo de 2011 estuvimos a punto de adjudicar la segunda fase, pero no lo hicimos porque en junio había elecciones. Hubo un pleno en que todos los partidos se pusieron de acuerdo en que ganara quién ganara, el Auditori se haría. No lo acabaron porque no quisieron. El financiamiento estaba encaminado».

Tras 41 años de política incansable con el PSC, Benaiges rompió con el partido «Me fui por las personas, no por el partido. Siempre le estaré agradecido al PSC».

Hoy, bajo el prisma que ofrece la distancia, el cambrilense observa atento todos los movimientos de la política actual. «Creo que es muy publicitada, pero de pocos hechos, poco efectiva». A nivel local, «el problema que tienen en el Ayuntamiento, que a mí también me ocurría, es que tú te crees que lo que haces es lo mejor y en realidad a la gente le importa poco».

Su pasión por la escritura resulta menos conocida, pero igual de activa. Ha publicado libros de relatos, poemarios e incluso ha creado una novela de «ciencia ficción. Soy muy aficionado a ese género». Conserva su empleo como profesor, algo innegociable para él. «Siempre mantuve que, cuando dejara la actividad política, regresaría a mi puesto de trabajo». Dicho y hecho.

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