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Un hombre, de unos 30 años de edad y posiblemente de nacionalidad albanesa, está ingresado en el hospital de la provincia de Tarragona con tres heridas de balas, ambas en zonas que no afectan a órganos vitales, dos en los muslos y una tercera en el glúteo.
La víctima ha sido «abandonada» esta madrugada poco antes de las 5 de la mañana a pocos metros de la puerta principal del Hospital Lleuger Antoni de Gimbernat, en Cambrils. Los gritos de la víctima han alertado al equipo de guardia del centro médico, que han salido a socorrerle una vez han visto que estaba sangrando abundantemente.
Mientras intentaban contener la hemorragia en las zonas afectadas, se ha avisado a la Policía Local de Cambrils (la comisaría está a pocos metros del CAP) y a Mossos d’Esquadra, que han enviado patrullas al conocer al herido por arma de fuego.
La víctima durante su estancia en Cambrils no ha hablado y la investigación que llevan los Mossos d’Esquadra no han confirmado si durante el resto del día, cuando ya estaba ingresado en un hospital, el herido habría explicado lo sucedido a los agentes de Mossos d’Esquadra. El nombre del centro donde se ha trasladado no se ha desvelado para evitar que el herido fuera diana de un nuevo ataque.
Un coche plateado
Mientras la víctima era atendida en el CAP de Cambrils, la Policía Local y Mossos han empezado a buscar testigos e imágenes de cámaras para ver cómo había llegado el albanés a las puertas del Hospital Antoni de Gimbernat.
Según han explicado al Diari fuentes conocedoras del caso, alguien ha informado a la Policía Local y Mossos de que se ha visto un turismo de tamaño pequeño y plateado que salía en dirección hacia la Riera d’Alforja y cogía la avenida Països Catalans (el vial que discurre paralelo) en sentido a la playa. Las mismas fuentes no han podido confirmar si alguien ha obtenido la matrícula o el modelo de coche, pero todo apunta que en él viajaba la víctima y ha sido dejada en la puerta del CAP para que lo atendieran poco antes de las 5 de la madrugada.
Los motivos
La investigación que han abierto Mossos todavía no es concluyente, pero todo apunta que los disparos tienen relación con asaltos a plantaciones de marihuana. Fuentes policiales señalan que el control de las plantaciones indoor se ha convertido en una guerra entre grupos organizados que no tienen ningún problema en usar la violencia más extrema para adueñarse de la plantación o debilitar a la parte contraria.
De hecho, en los últimos decomisos de marihuana llevados a cabo por los Mossos en Botarell o Querol, por citar dos ejemplos recientes, se han encontrado armas de fuego lo que indica que la protección de la plantación se hace con medidas de seguridad alta: perros de raza peligrosa, detectores de movimientos, armas de fuego...
Por ello, los Mossos en esta lucha contra la marihuana ha decidido actuar siempre uniformados para evitar de primeras un tiroteo contra los traficantes, ya que si se actua de paisano hay el riesgo a ser confundidos como banda rival.
