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Los 4.300 jóvenes británicos que forman parte del segundo grupo del Saloufest llegaron ayer a Salou en plena polémica por la petición del Ayuntamiento de que este evento deje de utilizar la marca Salou porque daña la imagen del municipio. Se instalaron en hoteles y apartamentos tras haber llegado a Francia en ferry y más de veinte horas en autobús. Volverán a su país el sábado, tras pasar cuatro noches aquí. Durante su estancia tienen programadas diferentes actividades deportivas, aunque son sus escarceos nocturnos los que despiertan más controversia e interés mediático. Estos días están apostados en Salou medios de comunicación de toda España, que narran las juergas de estos estudiantes de entre 18 y 22 años.
Esta decimoquinta edición del Saloufest está siendo movida. A las habituales quejas de los vecinos por ruido, suciedad e incivcismo y la multas de la Policía Local por beber alcohol y orinar en la calle, se suman los incidentes de la semana pasada en el estadio municipal de Reus y la caída desde el cuarto piso de un hotel de una participante de 21 años. Todos los indicios apuntan a que fue un intento de suicidio.
El Ayuntamiento de Salou denunció a la Generalitat una presunta sobreocupación en el hotel donde se alojaba la joven, puesto que podría haber cuatro personas en la habitación, y requirió a la agencia organizadora del certamen, I Love Tour (operada en Salou por Sol Active Tour), y a los cinco hoteles participantes –Jaume I, Almonsa, Playa Park, Molinos y Four Elements– que «cumplan escrupulosamente la normativa».
Pronóstico reservado
La joven que se precipitó permanece ingresada en estado grave en el hospital Germans Trias i Pujol de Barcelona, donde fue trasladada la madrugada del jueves. Algunas fuentes apuntan que podría no tener sensibilidad de cintura para abajo. Desde el centro hospitalario afirman que «por deseo expreso de la familia, su pronóstico es reservado».
