Por primera vez el municipio de Altafulla, impulsado por el Ayuntamiento de esta población costera, se va a poner en marcha un Pla Estratègic Operatiu de Competivitat de Producte Turístic, que fue presentado ayer, por parte de David Esteller, de la compañía TourisLab, la empresa encargada de su elaboración.
Jaume Sánchez, concejal de Turisme del Ayuntamiento de Altafulla puntualizó que este del Pla Estratégic fue encargado por su antecesor, Pere Gomés y que, con las elecciones municipales a la vuelta de la esquina «será el nuevo responsable del área de Turisme quien deba desarrollarlo».
La complejidad y alcance del estudio ha hecho que su elaboración se haya prolongado durante seis meses y como se dijo «es la hoja de ruta que ha de guiar hacia donde hay que dirigir la propuesta turística de Altafulla, poniendo en valor las particularidades de todo tipo que ofrece la destinación».
Desarrollar el Pla que se propone supone una inversión que alcanza los 840.000 euros a cuatro años vista, que es el período que se ha marcado para su aplicación.
Aunque resumida, de la densa exposición realizada, se desprende un giro importante en la esencia de la marca turística altafullense, que podría condensarse con la expresión «Altafulla, un mar de culturas», en clara referencia a las potencialidades que presenta esta plaza turística. Una segmentación diferenciada de otras destinaciones de la Costa Daurada.
Se hace hincapié en ocho ejes báscicos, para 39 acciones concretas, habiendo estudiado y analizado previamente las deficiencias y los valores que se dan en Altafulla, para que se convierta «en una visita obligada en la Costa Daurada, para todo turista», según señaló David Esteller.
Evidentemente se incidió en la importancia del sol y playa, pero a partir de este concepto es cuando Altafulla «tiene mucho que decir», por la seducción que puede representar la historia, la monumentalidad, el paisaje, la gastronomia, o la actividad diversa. En definitiva, una villa marinera, con la etiqueta de Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.
Por ello, a través del Pla Estratègic se insta a Altafulla a ejercer sus capacidades de inspiración y seducción turística, para atracción de un turismo culto y con alto poder adquisitivo, «cuya estancia aquí se prolongue lo más posible». El documento plantea acciones concretas como una oficina de recepción al turista, que constituya «la antesala de todo lo que atesora Altafulla». Aquí debe jugar un papel importante, por ejemplo, la señalización turística inteligente, a través de aplicaciones en el móvil, rutas infantiles y juegos de orientación que lleven a conocer leyendas como la que versa sobre la brujería, la Vila Closa, la Vila dels Munts, el barrio marítimo, visión virtual del pasado, miradores para la contemplación del paisaje o la apertura al público del Castillo de los Marqueses de Tamarit, tema sobre el que el Ayuntamiento actualmente está trabajando.
Entre el público asistente a la presentación se pudo constatar la inquietud de los comerciantes e industriales turísticos de Altafulla, por avanzar en la desestacionalización del turismo, en la confianza de que la aportación del Pla Estratègic la facilite.