En la cuenca del río Gaià, que nace en Santa Coloma de Queralt y desemboca en la playa de Tamarit, habitan una cuantiosa variedad de especies de animales que, pese a los graves cambios que están sucediendo en el medio natural, aún resisten y luchan contra toda amenaza por seguir viviendo en su hogar.
A pesar de la innegable negativa huella que el humano hace en la naturaleza, por suerte el río Gaià tiene a quienes están dispuestos a protegerlo y poner en valor su patrimonio natural, cultural e histórico. La Associació Mediambiental La Sínia, nacida el año 1997 con el objetivo de ofrecer servicios y actividades dirigidas al conocimiento, conservación y recuperación de la cuenca baja del río, lleva años trabajando en la gestión activa de su espacio fluvial y en su área de influencia litoral.
La asociación ha publicado recientemente una guía titulada Els ocells del riu Gaià, elaborada dentro del proyecto Ocells de Butxaca y con la colaboración de la Diputació de Tarragona. Está creada por un conjunto de ornitólogos de la entidad que, después de un proceso de investigación y recopilación que ha durado más de un año, determinaron qué 84 especies de pájaros se presentarían.
Esta guía de aves, como explica Hèctor Hernàndez, coordinador de proyectos de La Sínia, «era un reclamo que desde hacía tiempo pedía la gente, un material físico que poder consultar cuando se sale a hacer una excursión por el río». El documento es el resultado del trabajo de muchas personas, como Albert Pardo, ornitólogo del programa Seguiment d’Ocells Comuns de Catalunya (SOCC), que lleva diez años haciendo el seguimiento en la desembocadura del Gaià ofreciendo datos muy interesantes de toda la zona.
Àlex Mascarell se ha encargado de ilustrar la guía con dibujos, que reproducen las características de estos animales y permiten ver a los pájaros en una posición concreta que hace que sea más fácil reconocerlos.
En los últimos años, el Gaià ha vivido afectaciones directas en su biodiversidad debido al aumento de las temperaturas. Los pájaros no se escapan de esto, y un ejemplo es el mirlo acuático, una especie que depende de tener un caudal y una calidad de agua importante. Antes del año 2000 se podía encontrar en la cuenca del río, pero poco a poco ha ido quedando relegado a otras zonas, y ahora mismo ya no está presente.
Hernàndez anima a la ciudadanía a participar en alguna actividad de voluntariado de cualquier entidad medioambiental. Al final, la conservación del patrimonio y los valores naturales es labor de toda la sociedad.
Vista la buena acogida que ha tenido la guía, desde la entidad se plantean poder dar continuidad al proyecto y publicar otras sobre plantas y arbustos, o sobre los animales acuáticos de la cuenca del río.