Cunit recupera la normalidad punto a punto

La plaza del Casal se ha convertido un un lugar de encuentro para bordar 

26 junio 2021 09:13 | Actualizado a 26 junio 2021 09:33
Se lee en minutos
Participa:
Para guardar el artículo tienes que navegar logueado/a. Puedes iniciar sesión en este enlace.
Comparte en:

Maribel ya daba clases para confeccionar con ganchillo. Esa actividad, además de la aportación creativa que exige, mejora la concentración de quien la practican, reduce el estrés, sube la autoestima y favorece las relaciones sociales.

En Cunit se creó un grupo de personas que se lanzaron al ganchillo, pero la situación de pandemia obligó a parar aquellos encuentros. Habían impulsado la iniciativa de elaborar piezas con la técnica del crotxet para decorar mobiliario urbano ya para las pasadas Navidades.

«El objetivo era vestir los árboles de la plaza y otros elementos», explica la profesora de ganchillo. Pero más allá de esas elaboraciones, el objetivo también era social. Que los vecinos bordasen juntos. «Una forma más de fortalecer las relaciones con los vecinos». Y con ello también se mejora el pueblo.

Y desde hace semanas que esas reuniones para bordar se han convertido en una tradición de los lunes en la plaza del Casal de Cunit. Parece haberse recuperado una típica escena de hace décadas cuando los vecinos se encontraban en una plaza de un pueblo para bordar. 

Una veintena de vecinas, porque de momento todo son mujeres, se reúnen para bordar juntas. De todas las edades. La más joven tiene 35 años. Maribel está convencida de que el grupo crecerá «porque cada vez hay más personas que preguntan y se animan». Quien no sabe, es una oportunidad para aprender.

Detonante
Un detonante de esas reuniones para bordar juntas en la calle fue salir de  la situación de confinamiento. El aislamiento generó tristeza, incertidumbre, aislamiento... y esa terapia del bordado ayudó a resistir. Una vez se han podido reunir las personas en grupos, las bordadoras tuvieron claro que volverían a elaborar juntas. «Ha sido una terapia que ha ayudado mucho».

La imagen del grupo en la plaza del Casal de Cunit, junto a la ermita románica ya se una postal del centro urbano. Además de compartir esos momentos de los lunes de 17.00 a 19.00 colaboran en una causa solidaria. Bordan unos pulpos de lana muy adecuados para bebés que nacen prematuramente.

Esos coloridos cefalópodos con largas patas los entregan a una central en Valencia que los distribuye a hospitales de todo el Estado tras revisarlos y lavarlos. 

Los pulpitos están diseñados de manera que simulan un cordón umbilical y al abrazarse a ellos los pequeños se tranquilizan. Al agarrarse a los tentáculos los bebés no tocan el material de las incubadoras y calman a los pequeños. Las bordadoras de Cunit ya han entregado unos 40 pulpos.

 

Comentarios
Multimedia Diari