Unos 60 afectados por las obras de reforma del Camping Sant Salvador en Coma-ruga han vuelto a manifestarse a las puertas del centro. Los asistentes muestran su rechazo por unas obras que les obligan a abandonar sus hogares.
Sandra López, una de las portavoces, asegura: “En la fecha en la que estamos deberíamos poder estar dentro del camping disfrutando de nuestras vacaciones de Semana Santa, pero no es así. Hoy era el último día que nos daban para permanecer dentro, pero el martes nos mandaron un burofax diciendo que nos alargaban el permiso hasta el 14 de abril. Sin embargo, solo nos dejan entrar los fines de semana, lo que no es suficiente para sacar todas nuestras cosas”.
Y es que según los afectados, los trabajos necesarios para desmontar una mobile-home son largos y requieren de una grúa especial para mover la estructura. “Además del tiempo, también han que tener en cuenta el coste que todo esto supone. Muchas familias se gastaron el año pasado unos 20.000 euros en comprar un mobile-home con las terrazas y el techo de madera porque el camping les obligaba a que fuese así y ahora tienen que volver a invertir 9.000 euros para desmontarlo”, añade López.
En total quedan en el camping 62 de las 70 familias que había inicialmente. Desde la plataforma aseguran que no saben qué van a hacer ya que no han encontrado otro camping donde poder instalarse. “No tenemos donde ir. Nosotros queremos una mesa de diálogo para llegar a una solución con beneficio para las dos partes”, concluye López.
