El Plan de Movilidad Urbana Sostenible que aprobó el año pasado el Ayuntamiento de Salou ponía de relieve un déficit importante para los desplazamientos a pie dentro del municipio; la accesibilidad de sus aceras. De acuerdo con los datos recogidos en este documento, más de la mitad de las aceras de Salou, el 53%, no son accesibles y el 18%, unos 39 km lineales, no llegan a los 90 centímetros libres para el paso de personas. Una de las medidas que proponía este plan era precisamente arreglar el ancho de las aceras en varias zonas de la ciudad.
Uno de los puntos marcados en rojo en la zona centro era la confluencia entre las calles Berenguer de Palou y Francolí, junto a la plaza de la Pau. En este ámbito, el Ayuntamiento ha iniciado hace unos días la transformación de la movilidad quitando espacio a los vehículos para dárselo a los peatones en el tramo que va desde el cruce de ambas vías hasta la calle Barcelona y la Via Augusta. Esta acción ha supuesto la supresión de una línea de aparcamiento para generar más espacio de paso para los peatones.
En total, 37 plazas menos según el consistorio. Asimismo, la eliminación de estas plazas de parking viene acompañada de la conversión en zona azul de las 29 plazas restantes que quedaban en estos tramos y que antes eran blancas, lo que ha generado cierto malestar entre los vecinos de la zona.
«Yo vivo cerca y no tengo plaza de parking en mi edificio. Normalmente aparco en los alrededores, pero esto se está convirtiendo en una pesadilla ya que en verano es difícil encontrar una plaza libre y ahora te lo ponen todo de pago. Al final, tendremos que ir a aparcar a Emprius», critica Konstantin.
El Ayuntamiento defiende que es una mejora importante para la movilidad a pie
Esta zona es de las que están más densamente pobladas en Salou y muchas de las quejas van encaminadas hacia las complicaciones para encontrar un aparcamiento libre en la calle. «Que saquen toda una línea de aparcamiento ya es grave, pero que encima la otra la hagan de pago es totalmente incomprensible», señala Lidia. Una crítica a la que se suma José Luis, que dice que «puedo entender que quieran poner aceras más anchas para que pasen carros o sillas de ruedas, pero pintar las plazas que quedan en azul solo se entiende con un fin recaudatorio».
Mientras, desde el Ayuntamiento defienden la medida asegurando que «pretende mejorar la calidad de vida de sus ciudadanos y fomentar un entorno más sostenible, garantizando al mismo tiempo que todo el mundo tenga acceso a las aceras de la ciudad de manera segura y eficiente».
En este sentido, sostienen que el objetivo que persigue esta acción es «hacer frente a las necesidades de la parte de la población que se desplaza esencialmente a pie. Este grupo incluye adultos mayores, niños, adultos jóvenes y personas con discapacidades».
Plataforma separada
De forma provisional, el nuevo ancho de las aceras se delimitará con plataformas para separar la zona de peatones de la de circulación rodada. Esta es una medida similar a la que ya se ha llevado a cabo años atrás en otros puntos de la ciudad como las calles Lleida y Josep Carner, que cedieron espacio de la calzada para uso exclusivo de los peatones.
Desde el consistorio han informado que las nuevas plazas de zona azul se regirán por las tarifas que marca la ordenanza fiscal para la zona del núcleo urbano. Es decir, que serán de pago todo el año, en horario de 9.30 a 14 horas, de lunes a sábado, y de 17 a 20 horas, sólo entre semana.