El formato de macrodiscoteca se agota en los últimos años en la provincia

19 mayo 2017 23:46 | Actualizado a 22 mayo 2017 11:25
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Tarragona asiste a los últimos coletazos de un modelo de ocio nocturno que hizo furor en los años 80 y 90:la discoteca de envergadura. El próximo cierre de Pacha La Pineda –a la espera de ver si reabre en Salou y con qué características– o el adiós de Metro (Amposta) el año pasado son dos ejemplos de que el formato de macrodiscoteca se está agotando en la provincia.

Tarragona ha perdido aproximadamente el 60% de las discotecas que llegó a tener en los años 90. En las últimas cuatro décadas, llegaron a abrir hasta 50 negocios de este tipo, según la Asociación de Discotecas de Tarragona. Ahora apenas quedan dos decenas de locales, después de que más de 30 hayan cerrado en los últimos años.

Nombres míticos como Chrysalis (Valls), Noovo (Reus) o Louie Vega (Calafell) han acabado por desaparecer, siendo sustituidos en ocasiones por recintos de aforo más reducido. La crisis, la subida del IVA, el cambio de hábitos y la dureza en los controles de alcoholemia han sido algunos de los factores de esta disminución de las macrodiscotecas pero también el propio colapso de un modelo que, según algunos empresarios, era poco sostenible.

«Los locales grandes son muy difíciles de mantener. Dan muchos beneficios pero también son de gestión más complicada y por eso han ido cayendo», explica María León, presidenta de la Asociación de Discotecas en Tarragona. La dinámica es generalizada en toda Catalunya. Fuera de la provincia, otras ‘macro’ emblemáticas como Scorpia (Igualada), Pont Aeri (Manresa), Chasis (Barcelona) o Central Cubelles, que vivieron en los años 90 su apogeo, también terminaron cerrando.

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