Sudor, lágrimas, tiempo y energías sobre una bici indoor

¿Saben cuál es el nexo de unión entre un reloj y una brújula? Quizá les resulte relativamente fácil lanzarse a la piscina: la conjunción espacio y tiempo. Vale, digamos que ‘se lo compro’. Ahora díganme: ¿Cómo gestionan ese confluencia? ¡Ah! Eso ya no es tan sencillo, ¿verdad? Pues ayer, en Salou, hubo 250 personas que consiguieron encontrar el equilibrio perfecto en enfocar su energía en lo que realmente importa y descartar aquello que les resta.

Y no, no es fácil. No es nada fácil, porque hay que estar mentalmente muy preparado para apartar de tu vida aquello que no te aporta valor pero a lo que uno se aferra como si no hubiera un mañana. Solo porque, ¡carai! Tenemos que abarcarlo todo. Y no tenemos superpoderes. Bueno, miento. Sí los tenemos. Cuando logramos gestionar eso nos sentimos héroes. Lo difícil es: ¿cómo lo hago?

Pues súbanse a una bici indoor. Sí, sí, como lo leen. Planten el trasero en el sillín y pedalen. Pero háganlo viviendo, y sintiendo, la historia que les va a contar, mientras le dan a las revoluciones, el CEO de Cycling Room, Fran Esfera, uno de los tres expertos en esta modalidad que ayer hicieron rodar 500 pedales en la primera Master Class de Ciclo Indoor que se celebró en la plaza de les Comunitats Autònomes de Salou.

Revoluciones en la historia

Y ustedes dirán, vamos a ver, ¿de qué manera puedo sentir que soy capaz de gestionar mi tiempo y priorizar aquello que me suma, mientras estoy subido a una bici, sudando y falto de respiración? Créanme, hay que, no probarlo, sino sentirlo.

Les voy a confesar que ayer yo no fui la que rodaba uno de esos pedales, así que simplemente me dediqué a llenarme de la energía que transmitían todos los que sí estaban montados en las bicis. Pero en una ocasión, sí que fui una de ellos, una de esas personas que sentían la historia de Fran Esfera como si la estuvieran viviendo desde las entrañas. Y, qué curioso: cuando uno suelta adrenalina no sólo desde lo físico, sino también desde lo mental, la recompensa vibracional que se lleva te cambia la vida.

En esa ocasión, Fran Esfera nos introdujo en un viaje que comenzaba con la salida del Sol, nuestro Astro Rey, cuando comienza un nuevo día con el que te puedes comer el mundo. En ese día te encuentras con el amor de tu vida, las pulsaciones se aceleran, las pedaladas también, y los vatios que mueven los pedales se disparan. Hasta que sale la Luna, se termina el día, y las pulsaciones bajan. Pero mañana volverá a salir el Sol, y el amor de tu vida seguirá allí, iluminado por sus rayos y por el reflejo de la Luna en el mar. Ahora, qué, ¿se atreven a probar con el reloj y la brújula?