España seguirá pagando a Francia por almacenar parte de sus residuos nucleares -una cantidad que en 2018 ascendía a casi 75.000 euros diarios- después de que la Empresa Nacional de Residuos Radiactivos (Enresa) haya paralizado el concurso de construcción del almacén de residuos nucleares (ATC
. Parte de estos residuos proceden del desmantelamiento de Vandellòs I. El último tren que se llevó material partió de la localidad tarraconense en 1994.
El acuerdo entre ambos países era el retorno de este material cuando hubiera un almacén que pudiera acogerlo de forma permanente. Sin embargo, la demora del ATC obliga a España a continuar pagando por el alquiler de estos materiales altamente radioactivos.
El ATC en Villar de Cañas (Cuenca) era el cementerio elegido para acoger los residuos de alta actividad (combustible nuclear gastado) generados por las centrales nucleares españolas, un proyecto que se ha paralizado tras la decisión de esta empresa pública de cerrar el concurso de obra civil que se abrió en 2014.
Fuentes de Enresa han confirmado que el Consejo de Administración de Enresa ha decidido renunciar a los procesos de adjudicación de cuatro licitaciones relativas a la construcción del ATC, para los que había actuado como órgano de contratación.
«Una vez finalizado el análisis de los aspectos, tanto técnicos jurídicos, se ha concluido que dada la obsolescencia del proyecto, la formalización de los contratos resultaría contraria al interés público», han añadido desde la empresa pública.
Las cantidades diarias que el Gobierno abona al país galo por almacenar los residuos de alta actividad de la central de Vandellòs I durante 2018 y 2017 han sido de 74.887 y 73.044 euros respectivamente.
En España el combustible nuclear gastado en las centrales se almacena de dos maneras: en las piscinas de la propia instalación que lo ha producido, y en almacenes temporales individualizados (ATI) dentro de contenedores específicamente diseñados para refrigerar, confinar y mantener seguros estos elementos.
Sin embargo, la mayor parte de los residuos radiactivos que se generan son de baja y media actividad, y su gestión se resuelve con el almacén centralizado localizado en El Cabril, en la provincia de Córdoba.
España cuenta con siete reactores nucleares operativos, que son Almaraz I y II (Cáceres), Ascó I y II (Tarragona), Cofrentes (Valencia), Trillo (Guadalajara) y Vandellòs II (Tarragona), además de una fábrica de combustible nuclear en Juzbado (Salamanca).