E n Cambrils la magia que traen desde Oriente los Reyes Magos se vive tanto de noche como de día. Tras dar la bienvenida a Sus Majestades, el domingo por la tarde en el puerto y seguir con mucha ilusión la cabalgata, decenas de niños se fueron a dormir pronto para recibir con alegría y nervios los regalos que habían pedido en la carta que previamente habían entregado a su rey favorito.
Una noche que seguro a más de uno se le hizo muy larga pero que horas más tarde valió la pena, y mucho. Sobre las 9 de la mañana los cláxons de los Jeep anunciaban el inminente inicio de la repartida de paquetes por las casas. Una tradición 100% cambrilense y única que ilusionó a los más pequeños y también a los mayores, que no podían evitar los nervios del momento.
«Señor reeeeey, aquí!», eran las palabras que más se escucharon por la Rambla Jaume I, uno de los puntos donde se concentraron más familias que esperaban inquietos su cita con los Reyes Magos en un día invernal muy soleado. Para avanzar faena, los pajes de Melchor, Gaspar y Baltasar distribuyeron los paquetes delante de las casas mientras los grandes protagonistas del día se iban repartiendo por zonas para poder atender a todos.
«¡Mira, pone mi nombre!», decían emocionados lo niños que esperaban en las cases baratas. Melchor fue el encargado de dar un paquete a la pequeña Dafne, de dos años, que lo miraba alucinada sin saber qué decir. Junto a ella sus primos, que también recibieron varios regalos que no abrieron hasta que se hicieron la foto de rigor con Su Majestad y le dieron las gracias.
Aroa, de 6 años, no podía ocultar su enorme felicidad tras haber recibido todos los regalos que había solicitado en la carta. Como explicaba al Diari, este año se había portado muy bien porque los reyes le habían traído una cuerda multicolor para jugar con las manos, un bebé llorón y una pulsera de agua y purpurina de Frozen.
Sin duda los regalos estrella fueron las hermanas Elsa y Anna de la película de Disney, un éxito que se repite desde hace años. Tampoco faltaron las clásicas bicicletas o los vehículos eléctricos que muchos estrenaron minutos después de desembalar el paquete.
Este momento mágico no solo lo vivieron los más pequeños, también los mayores no podían ocultar su emoción cuando el rey los llamaba para hacerles entrega de un paquete inesperado para más de uno, entre ellos Sefa, que pegó un grito de alegría cuando Gaspar leyó su nombre. «¡Soy yo!», decía emocionada ante sus familiares. Una mañana repleta de sonrisas y alegrías que dejó momentos que muchas capturaron con sus teléfonos móviles.
Como cada año, la fiesta de los Reyes de Cambrils estuvo organizada por la Associació d’Antics Alumnes La Salle, que contó con la colaboración del departamento de Festes del consistorio. Más de 200 voluntarios trabajaron duro para hacer realidad este día mágico en el que todos volvimos a ser niños.