El Ayuntamiento de Salou presentó oficialmente el pasado 29 de mayo el sistema de control que evitaría la masificación en las playas de la ciudad ante el riesgo de contagio por coronavirus. El sistema que utilizaría cámaras para calcular el número de personas y superficie debía indicar a las autoridades de si se respetaban las medidas de seguridad o bien había un descontrol y un exceso de bañistas en la arena.
Este domingo, polémicas al margen de la contratación de la empresa que ha derivado en una guerra política en el Ayuntamiento, se ha demostrado de que la playa de Salou sigue siendo un gran atractivo veraniego y que es difícil poder impedir el acceso a la arena de turistas, visitantes y vecinos.
Las imágenes de una playa de Llevant hasta arriba de sombrillas, toallas y personas ha servido para que los partidos de la oposición (ERC, Ciutadans y PP) vuelvan a criticar la nula fiabilidad del control de aforo, del dinero invertido (180.000 euros) para ello y del riesgo elevado ante la ausencia de medidas de seguridad.
Las críticas hacia Sumem per Salou y PSC, socios de gobierno, no han sido contestadas y el alcalde y sus concejales han declinado dar respuesta a las críticas.