«Me salvé de milagro. El jabalí cruzó, chocamos y salí volando»

Han transcurrido ya siete semanas. Siete semanas que ha pasado entre su casa y el centro médico donde le han tratado las quemaduras, abrasiones y golpes que sufrió. Afortunadamente no padeció ninguna fractura, pese a que el accidente que sufrió pudo haber tenido consecuencias mucho peores para él. José Villalba tardará en olvidar el 6 de diciembre. Aquella noche, mientras se dirigía de Salou a Reus por la autovía para ir a realizar su turno como vigilante de seguridad, un jabalí se cruzó justo delante de su moto. El impacto fue tan brutal que el conductor salió despedido diez metros adelante en esta vía rápida donde la velocidad máxima permitida es de 100 km/h.

«El jabalí cruzó frente a mí y chocamos. No pude esquivarle, era imposible. Con el golpe salí volando por encima de la moto», recuerda José sobre el accidente después de que el animal apareciera por su derecha procedente de un camino cercano.

A pesar de la espectacularidad del siniestro, debido a la contundencia del golpe del que fueron testigos varios conductores, este salouense de 49 años no llegó a perder el conocimiento en ningún momento ni sufrió lesiones de gravedad. «Me salvé de milagro, gracias al casco y a las protecciones que llevaba (guantes y chaqueta motera)», asegura. Su buena condición física también le ayudó a minimizar las consecuencias.

La peor afectación

Las quemaduras de primer, segundo y tercer grado y abrasiones que sufre en las dos rodillas y en su mano derecha, en especial ésta última, fueron los peores percances, aunque ya se halla en la recta final de su recuperación y acaba de reincorporarse al trabajo.

Aunque la vía donde tuvo lugar el accidente está señalizada con la posible presencia de jabalíes José y su pareja, Rocío, consideran que la autovía es del todo insegura por su falta de iluminación. «No hay luz a partir del cruce de las cuatro carreteras hacia Reus», indican.

Lamentan además otros dos aspectos que incrementan la peligrosidad de ese tramo concreto en el que ocurrió el siniestro, situado en el término municipal de Reus. «En esa zona son frecuentes estos animales y la mediana de hormigón (separa los dos carriles que hay por cada sentido) obstaculiza a los jabalíes que quieren cruzar la carretera. Una vez dentro tienen que darse la vuelta a causa de la mediana y aunque un conductor les haya podido esquivar si alguien viene por detrás puede accidentarse igualmente», aseguran. Tratándose de una vía rápida entienden además que los laterales deberían estar vallados.

En estos momentos están a la espera del atestado final del accidente para iniciar una posible reclamación. «Sabemos que en ese punto se han producido ya bastantes accidentes a causa de los jabalíes, por lo que nos han dicho desde la propia policía», señalan. «Queremos que no se vuelvan a repetir».

Siniestro total

Además de sus heridas José ha perdido su moto, una BMW F800. La compañía de seguros ha dictaminado el siniestro total del vehículo después de la rotura del chasis, con la mala fortuna que acababa de estrenarla tan solo diez días antes del accidente. «Nos han dicho que la póliza no lo cubre», indican. Tras el percance, y a pesar de lo mucho que le gustan, José ha decidido incluso desprenderse de otra motocicleta que también tenía.

Un motorista fallece en Abrera
Precisamente ayer un motorista falleció  después de chocar con un jabalí en Abrera (Baix Llobregat), según informó el Servei Català de Trànsit (SCT). El aviso del siniestro se conoció a las 11.30 horas en el kilómetro 2 de la BV-1201, en sentido Martorell, junto a la depuradora de Abrera. A raíz del accidente se activaron dos ambulancias y el helicóptero medicalizado del SEM, pero no pudieron salvarle la vida al motorista accidentado.

Durante los últimos días, por otra parte, la Policía Local de Cambrils ha alertado de la presencia de jabalíes en distintas zonas del municipio. En concreto en áreas colindantes a la carretera de Montbrió (a la altura del barrio de la Parellada); cerca de la N-340; en el barrio de la Llosa y también en el barrio de Quatre Camins de Vilafortuny, siempre en horarios nocturnos.