Martín, socorrista argentino en la playa en Vilafortuny. Mark, camarero. Lotty, empleada en una empresa de logística. Los tres aseguran haber sido víctimas de un estafador que les alquiló un piso que no era suyo, en la calle París de Salou, y les cobró una fianza –en concepto de reserva– antes de firmar el contrato. Como ellos, al menos otra decena de personas ha denunciado el mismo caso. Algunos incluso le avanzaron dos meses. Pagaron por adelantado un dinero que la mayoría todavía no ha recuperado –ni recuperará– por una vivienda que no han disfrutado. Los contratos, al igual que la identidad que usaba el supuesto arrendador, eran falsos.
«Yo buscaba piso para vivir todo el año y vi la oferta en internet. Quedé con él y me enseñó el apartamento. Me dijo que era músico y que su mujer estaba embaraza y quería dar a luz en Inglaterra, por eso lo dejaba. Le aboné 550 euros, pero cuando me envió el contrato vi que era falso; el DNI no correspondía con su nombre y al pedirle la devolución del dinero desapareció. Puse una denuncia en la comisaría de Mossos d’Esquadra y a la semana vi en Facebook que a otra persona le había pasado lo mismo», explica.
A partir de ahí, decidió difundir en redes sociales lo que le había sucedido y empezó a recibir mensajes de más afectados. Han creado un grupo para que se haga justicia y alertar a posibles futuras víctimas. «En realidad, él tenía el piso alquilado temporalmente, pero lo mostraba como si fuera el dueño. Ha estafado entre 550 y 1.400 euros a cada uno», cuenta Andrés. A todos les decía que podrían entrar a vivir a finales de mayo.
Una de las timadas señala que pagó para acceder el día 21 de este mes. Vive en Barcelona y su plan era mudarse a Salou para comenzar una nueva vida. Avisó a su casero de que dejaba el piso donde reside actualmente y ahora no sabe dónde irá. «Estoy asustada», reconoce. Lo mismo que Martín, que tras abonar 600 euros se ha quedado sin lugar donde hospedarse y volverá a Argentina. O Yohana y Valentina, que han perdido 1.300 euros ambas.
Sosu tuvo más suerte, tras firmar el contrato sospechó y acudió al registro de la propiedad para verificar si todo era correcto. Al comprobar que no lo era, fue a buscar al presunto delincuente a su casa para reclamar su dinero y se lo devolvió. «Menos mal que cedió, que si no...», recuerda.
El caso más sangrante es el de Mark, empleado del sector la hostelería que, después un año buscando piso, dio con este de la calle París. Pagó 1.400 euros y el falso propietario le dio las llaves para que se instalase con su pareja y su bebé. Son los únicos que han llegado a vivir allí, pero por poco tiempo, pues la inmobilaria que lo gestiona ya les ha emplazado a marcharse. Eso sí, les ofrece el alquiler de una habitación hasta mediados de junio en otro apartamento turístico. Luego ya...
«Es su modo de vida»
Los afectados aseguran que el supuesto estafador tiene varias causas abiertas por delitos de este tipo en España y Sudamérica. «Es su modo de vida», sostienen. Los Mossos d’Esquadra lo identificaron en Salou tras la primera denuncia y lo detuvieron en Barcelona en posesión de varios contratos de alquiler con diferentes nombres y dos tarjetas de crédito sustraídas. Quedó en libertad.
Los afectados han creado un grupo en Facebook para denunciar el fraude del alquiler de este piso, destinado principalmente al turismo en verano.