Preocupación por la rebaja de los días de pesca

Las cofradías tarraconenses ven con preocupación la reducción de los días de pesca que propone Europa y dicen poner al sector «al límite». Los estados de la UE alcanzaron el martes un acuerdo sobre las cuotas para el 2023 propuesta por la Comisión Europea que fija una reducción del 7% (unas tres semanas) pero abre la puerta rebajarlo a un 3,5% (una semana) si se adoptan medidas «compensatorias». Sin embargo, el sector dice que no se les ha tenido en cuenta y que muchas medidas ya las aplican. Por tanto, en la práctica, supondrá reducir los días que salen a trabajar y, de rebote, afectará a la viabilidad del sector.

El secretario de la Federació Territorial de la Confraria de Pescadors en la demarcación de Tarragona, Xavi Domènech, denuncia que están en el «límite» y que si la situación continúa así el sector de la pesca acabará «desapareciendo». «Están haciendo peligrar la continuidad del sector y cada vez hay menos margen de maniobra», lamenta Domènech, que asegura que, actualmente, «hay barcas que sólo pueden pescar durante seis meses al año».

Una situación «complicada de aguantar» y que ha llevado a muchos pescadores a dejar el sector en la última década. De hecho, en el conjunto de la demarcación se han perdido la mitad de barcas en los últimos diez años.

Desde las cofradías de la demarcación de Tarragona también se muestran muy críticos con el Gobierno, que «pone las normas del juego demasiado complicadas». Aseguran que existen países de la UE que cuentan con la misma normativa comunitaria, pero que la aplicación por parte de sus estados es más fácil.

En este sentido, también denuncian no saber los días de pesca que les corresponden con el suficiente margen como para gestionarse. «No es normal que el 1 de enero no sepas cuántos días podrás pescar», critica Domènech, quien lamenta, además, que después llega el mes de noviembre y «sobran días».

En la misma línea se muestra el patrón mayor de la Confraria de Pescadors de Cambrils de Cambrils, Francisco Gil, que cree que la situación es «incierta» hasta que no se pronuncie Madrid. Por lo que se refiere a las medidas por parte de la UE, considera que es una situación «complicada», pero lamenta que no se haya tenido en un sector que, según Gil, sólo busca «poder trabajar con unos sueldos dignos».

«No bajan del burro»

Por su parte, el presidente de la Federació de Confraries de Catalunya, Antoni Abad, apunta que «nosotros ya hemos hecho los deberes y estamos muy comprometidos con la sostenibilidad del sector y eso es lo que nos sabe mal». En este sentido, dice que cree que todo ello se debe a ciertos «compromisos» adquiridos con sectores ecologistas que «no entran a valorar el trabajo que ya hemos hecho»: «No quieren bajar del burro». «Para nosotros todo tiene muy poca credibilidad», añade.