Todo empezó el miércoles poco antes de comer. El concejal de Ciutadans de Salou José Antonio Susín preguntaba por un supuesto problema de salud pública en las urbanizaciones Xalets i Mirador de Salou: «Existe un problema debido a una plaga de ratas y mosquitos. ¿Qué se hace desde el Ayuntamiento al respecto?».
La pregunta sentó mal en el equipo de gobierno porque desconocía que las quejas ya realizadas por los vecinos este pasado verano todavía seguían muy presentes en estas dos urbanizaciones de la capital de la Costa Daurada.
El viernes, el concejal de Medi Ambient, Ramon Pascual, acompañado de responsables de la empresa Sedesa –especializada en desratización–, pasearon por las dos urbanizaciones. «Los trabajos realizados en esta zona no han sido nada excepcionales. El balance es que seguimos controlando la presencia de animales en una zona rodeada de campo y en ningún caso se puede alarmar a la población de plagas. Es una exageración sin fundamento», comentaba el edil.
De hecho, Pascual quiso patearse de arriba abajo las dos urbanizaciones para encontrar rastros de las supuestas hordas de ratas denunciadas y socavar información en primera persona por si había indicios reales en la denuncia del concejal Susín. «Ha llovido recientemente y no hay ni una huella, ni un rastro, ni tan siquiera un nido. Hay olivos y algarrobos cercanos y en ningún sitio se observa que haya actividad animal para comerse estos frutos. No hay nada de nada», concluía Pascual.
El supuesto ataque de ratas
Susín también explicó que en los trabajos de limpieza que se realizan en la zona (luego se deja la hierba bien colocada para que se seque), «la situación se ha agravado hasta el punto de que las tareas de limpieza se han paralizado porque un operario fue mordido por un roedor mientras desempeñaba su trabajo».
Pascual puso en duda este accidente laboral y aseguró que él no tenía conocimiento alguno de que un trabajador de Sedesa ni de la brigada municipal hubiera sufrido un ataque de una rata. «Son animales cobardes que sólo atacan si se encuentran atrapados», remató el edil.
Sin embargo, la vicepresidenta de la urbanización Mirador de Salou, Antonia Tuset, explicaba que «se hablaba de un operario con una mordedura, pero aquí entre los vecinos se ha comentado que incluso tres podrían haber sufrido el ataque».
Tuset, que es vicepresidenta de Mirador de Salou, admite que «sí hay ratas, y yo doy fe de que las he visto». La vecina no culpa tanto a la labor de limpieza y desratización del Ayuntamiento como a «la dejadez de la zona boscosa de los campos de golf que propicia que haya más animales de los que tocaría en nuestro entorno», explica.
De hecho, Antonia Tuset tiene hasta once gatos y reconoce que «cogí uno ante la presencia de roedores y la familia ha crecido, pero como mínimo evitan que se acerquen al jardín o a la casa». Esta vecina asegura que en alguna de las puertas de madera interior y debajo del sofá se ha encontrado defecaciones de estos animales.
Alarma por cucarachas
En la vecina urbanización Xalets de Salou, la presencia de ratas no es tema de debate entre el vecindario estas últimas semanas, admite el secretario de la asociación vecinal, Luis Muñoz.
«Hay que tener en cuenta que vivimos en un sitio campestre y en él viven animales. Si no molestan, no hay quejas ni debate. Las zonas con hierba acumulada para que se seque es un lugar apropiado para que haya animales». Para este vecino, la urbanización, más que quejarse del avistamiento masivo de ratas, «sí que debemos reclamar al Ayuntamiento que últimamente hemos detectado un gran número de cucarachas –paneroles–». El calor persistente de este inicio de otoño hace que estos insectos hayan sido motivo de comentario entre el vecindario y que se hayan visto dentro y fuera de las casas. Los vecinos pedirán esta semana que el Ayuntamiento tome nota de esta queja y que programe una fumigación. «No es que se vean por la calle a todas horas, pero sí que hasta la fecha no era un problema ni se comentaba y ahora llevamos unos días que es la comidilla», concluye.