Al cierre de esta edición Salvamento Marítimo y Guardia Civil mantenían un rastreo por el mar en busca del vecino de Cunit Alfred Milà, de 57 años, que desapareció el martes mientras realizaba en kayak y en solitario la travesía entre Ibiza y Formentera. El kayakista había cubierto la ruta en numerosas ocasiones. De hecho era guía de expediciones en kayak por las islas y un experto en estas embarcaciones.
El navegante estaba de vacaciones en Ibiza y el martes remó en la embarcación hasta Formentera para comer con un amigo. A media tarde inició la travesía de regreso pero no llegó a Ibiza. Fue su mujer quien en la mañana del miércoles alertó de la ausencia.
En un primer momento y con medios aéreos y marinos comenzó un despliegue para buscar al navegante y ya por la tarde del miércoles se localizó el kayak de Milà a la deriva y a unas diez millas al Este de Formentera. Sin embargo no había rastro del vecino de Cunit.
‘Desde que era niño’
Jaume Milà, hermano del navegante desaparecido, no se explicaba qué ha podido pasar. «Alfred practica kayak desde que era niño. Es un profesional y de los mejores». Jaume añade que esa experiencia hace que nunca haga expediciones sin los equipos de emergencia e incluso de geolocalización.
Sin embargo los equipos de rescate todavía no han podido encontrar nada. Tanto en el día de la travesía como cuando comenzó la búsqueda el estado del mar era muy malo y había una fuerte corriente que arrastraba hacia Mallorca.
Jaume Mila, que también es un experimentado kayakista añade la dificultad de la temperatura y de la noche en mar abierto. «No se qué ha podido pasar. No lo entiendo», explica el hermano del deportista perdido que sigue las tareas de búsqueda junto a su madre en su casa de Cunit.
Agua muy fría
Sin embargo el paso de las horas juega en contra del vecino de Cunit. Expertos en navegación explican que la temperatura del agua en las islas en estas fechas puede ser de 14 grados por lo que la frontera de las ocho horas en el agua es peligrosa por la hipotermina y porque esa situación de frío crea sonnolencia. A ello se añade que en el Mediterráneo las olas son más pequeñas y constantes que en otros mares por lo que agotan a quienes caen al agua.
Una de las preguntas de los equipos de rescate es por qué con toda probabilidad el navegante no llevaba puesto un chaleco con sistemas de geolocalización, como los que él mismo tiene en su tienda de Cunit, para casos de emergencia . La falta de señales hacen pensar que no lo llevaba o que no pudo activarlo.
En este sentido se especula que algún golpe de mar tirase a Milà al agua o que sufriese una indisposición que le hiciese caer. Expertos en navegación a remo explican que entonces el oleaje aleja a gran velocidad el kayak y quererlo seguir es un error por el cansancio.
La búsqueda por todo el área se mantienen con el barco Marta Mata, además de la Salvamar Markaby el avión Sasemar 101. Desde el miércoles también colaboran diversas patrullas, la Unidad del Grupo Especial de Actuaciones Subacuáticas, un helicóptero de la Guardia Civil y efectivos de Protección Civil y Bomberos desde tierra.