Un viaje entre las estrellas para sacar al astrónomo interior

Viajar a través del espacio entre estrellas, planetas, satélites, nebulosas, meteoritos e infinitos objetos del universo es un sueño de infancia que todavía nos queda lejos. Quién no ha querido ser astronauta para satisfacer ese espíritu aventurero que de tanto en tanto nos empuja a descubrir nuestro propio mundo. Mientras ello sea imposible para la mayoría de los humanos, nos tendremos que conformar con la Tierra, que no es poco, y conocer en la teoría las cosas que habitan al otro lado de la atmósfera. 

Esta semana en el marco de la Setmana de la Ciència de la URV, el Centre Cívic de Salou ha acogido la charla ‘Viatge a un univers de curiositats interestel·lars’, a cargo de Roger Cabré, profesor del Departament d’Enginyeria Electrònica, Elèctrica i Automàtica de la URV, y Urbano Lorenzo, profesor del Departament de Psicologia.

A lo largo de una hora y media hablaron de los objetos que se podrían ver en el cielo si no tuviéramos tanta contaminación lumínica. Esta barrera ‘brillante’ se puede derrumbar con programas informáticos para hacernos una idea, ni que sea virtual, de nuestra galaxia. Una buena experiencia para abrir el hambre por la astronomía.

Se hizo un repaso de los elementos que están más allá de la Tierra. Planetas, estrellas, cometas, grupos de estrellas, nebulosas y galaxias, entre otros. Como decía Buzz Lightyear: «Hasta el infinito y más allá». 

Todos estos objetos son atractivos más allá del interés por lo desconocido. Los colores y tonalidades de una nebulosa bien podrían inspirar a pintores paisajísticos o de la ilustración. Entre las más espectaculares encontramos la Dumbbell, la Mariposa, la Hélice, la Tarántula, el Cangrejo o Orión. Pero ¿qué son las nebulosas? Es el lugar donde nacen las estrellas. No, no estamos hablando de Hollywood. Se trata de grandes masas de polvo formadas en el interior de las galaxias. 

Sigamos con curiosidades interestelares. Vivimos dentro de una galaxia que es la Vía Láctea. Pero cómo es posible que, si el hedor de las ciudades nos lo permite, veamos esa autopista, que lleva el mismo nombre, cruzar el universo. Esa franja es el plano de nuestra galaxia. Aunque sólo veamos una parte de ella, en realidad cruza todo el cielo y da la vuelta entera. 

Contaminación lumínica
Es uno de los principales problemas a la hora de mirar hacia arriba. La gente no está muy concienciada, pero es una realidad. Y es que el cielo que tenemos sobre nuestras cabezas se esconde tras un falso techo hecho a base de luces. Un problema que se agrava las noches de niebla y que impide ver más allá de planetas o estrellas, los objetos más brillantes, mientras las galaxias y las nebulosas quedan un segundo plano.
En la provincia de Tarragona, los mejores enclaves para disfrutar de las luces del universo se encuentran en el sur, concretamente en la Terra Alta. No se trata de buscar lugares altos, sino que tengan buena visibilidad, puede ser plano y lo más al interior posible.

La clave es que sea una zona de poca población. Las montañas de Prades podrían ser un buen sitio, pero se ven afectadas por la contaminación de Tarragona y Lleida. La Terra Alta, en cambio, se halla entre Teruel y el Delta de l’Ebre, lo que permite disfrutar de noches oscuras como la boca del lobo.

Para remediarlo, existen aplicaciones informáticas que nos muestras los secretos del cielo sin mover el culo del sitio. Stellarium o Sky Map permiten recrear en una sala lo que veríamos sin la contaminación lumínica. Una fórmula perfecta para una charla de interior como la de esta de la Setmana de la Ciència y así navegar desde la silla por los confines de la galaxia.