El clima que se respira entre los vecinos del edificio de apartamentos RoseMarie, situado en el Cap de Salou, anda muy crispado. Tanto que una disputa comunitaria y la tensión ‘in crescendo’ de las últimas semanas ha desembocado en una denuncia ante los Mossos d’Esquadra por un presunto intento de atropello de unos vecinos a otra de las inquilinas.
El origen del conflicto se remonta a primeros de año, cuando en una asamblea general extraordinaria se aprobó una derrama entre los 16 propietarios para hacer frente a las obras de rehabilitación de este inmueble, situado en la calle Falconera y construido en 1963. Se trata de una reforma profunda, presupuestada en 130.000 euros, para hacer frente a obras estructurales que afectan desde vigas a cañerías y la escalera principal. Son imprescindibles para poder superar la Inspección Técnica que toca renovar de manera inmediata.
El importe supone un gasto medio por propietario de entre 7.000 y 8.000 euros. Y se aprobó por un porcentaje del 51-49%, explican desde la propia comunidad. Aseguran además que votaron en contra de una reforma tan exhaustiva en especial los vecinos que tienen apartamentos de segunda residencia y no viven allí todo el año.
Ha sido, sin embargo, la forma de pago de esa derrama lo que ha provocado una enorme tensión entre los vecinos. Inicialmente acordaron unas cuotas mensuales desde julio de este año para tener abonada la totalidad del importe en enero de 2022, e iniciar las obras en esa fecha.
Llegaron a efectuarse dos pagos, hasta que algunos vecinos se movilizaron, consultaron por su cuenta a un abogado y ‘presionaron’, a espaldas de otros, para tratar de cambiar esos pactos.
Pese a la oposición de parte de la comunidad, consiguieron prorrogar el inicio de las obras en el eficio Rosemarie hasta enero de 2023, un año más tarde. El aplazamiento implicará lógicamente una actualización de los importes ya presupuestados (posiblemente al alza).
Todos esos desacuerdos entre ambos bandos, en especial este último capítulo, han llegado a tal punto que ha habido desde insultos a amenazas. El incidente más grave, sin embargo, se vivió el pasado 16 de agosto. Ese día una pareja que tiene en propiedad uno de los pisos presuntamente intentó atropellar con su coche a otra de las vecinas, que ha denunciado el caso ante la comisaría de los Mossos d’Esquadra de Salou. La víctima es una de las inquilinas que estaba de acuerdo en realizar las obras en 2022; los denunciados, en 2023.
En su declaración asegura que los denunciados aceleraron su coche para intentar atropellarla cuando ella estaba cruzando un paso de peatones en la carretera del Far mientras paseaba con sus perros. «Cuando me di cuenta me fui rápidamente hacia la acera y me caí, sufriendo diversas contusiones y arañazos», describe la víctima en el acta policial.
En la denuncia figura además la identificación de los dos vecinos, su coche y matrícula y también queda descrito cómo la copiloto hizo un gesto de reprobación hacia la víctima.
También admite haber recibido insultos y amenazas por parte de los denunciados durante el último mes de agosto.