El fútbol une a las personas, tiene el poder único de crear un lenguaje universal que trasciende barreras de cualquier tipo. No importan las diferencias culturales, sociales o lingüísticas; en el campo las personas se conectan a través de la emoción compartida del juego. Esto se demostró ayer en el Estadi Municipal de Salou, que acogió el primer Torneo de Fútbol Intercultural solidario, donde ocho equipos formados por personas de diferentes países y culturas pasaron un día en el que la diversidad, el respeto y la unión fueron los protagonistas.
Los equipos participantes fueron Bolivia, Senegal, Ucrania, una unión de países de América Latina, Argentina Boca Juniors, Argentina Tarragona, Nakeramos Salou, formado por salouenses de etnia gitana, y Golden Coast Salou. En total, 80 jugadores saltaron al campo para demostrar que lo importante del deporte es darlo todo, pasarlo bien y ser respetuosos con todo el mundo.
El acto fue organizado por las concejalías de Nueva Ciudadanía e Interculturalidad y Deportes del Ayuntamiento de Salou junto a las ocho entidades participantes. Esta acción se creó con el objetivo «de dar visibilidad a las diferentes culturas y mostrar que la convivencia es posible, además de conocernos y forjar vínculos entre nosotros», explicó Elena Zhukova, concejala de Nueva Ciudadanía e Interculturalidad.
El torneo comenzó a las 10 h y los equipos de Bolivia y Senegal disputaron, a la vez que Golden Coast y Unión Latina, los primeros dos partidos. Envueltos entre vítores de compañeros y acompañantes, los jugadores llevaron a cabo los juegos con la responsabilidad pertinente de estar representando a su país y cultura.
Además de promover la diversidad, otro objetivo del acto era la recaudación de alimentos para las familias desfavorecidas del municipio. A la entrada del estadio, las asociaciones Creu Roja, Càritas y Eluzai habilitaron un espacio para la recogida de los alimentos que el público y los mismos participantes donaron.
A la hora de comer, el Consulado Boca Juniors de Tarragona, una de las entidades colaboradoras, organizó una ‘choripaneada’ para todo aquel que quisiera degustar el original bocadillo tradicional del asado argentino. El evento, más que una competición seria y únicamente deportiva, fue un día en el que disfrutar y compartir buenos momentos rodeados de diferentes culturas.
Durante el torneo, dos equipos femeninos disputaron un partido amistoso. Una de las participantes expresó el deseo de que el próximo año más mujeres quieran participar para poder crear un campeonato con grupos femeninos.
Pasada la una del mediodía, la final del torneo se llevó a cabo con los equipos de Ucrania y Senegal. El equipo Ucraniano ganó el torneo en la tanda de penaltis, aunque el resultado más importante del día fue el pasar un buen rato de unión y diversión.
«Ha sido una experiencia inolvidable», comentó Sasha, uno de los integrantes del equipo ucraniano. «Me parece muy bien que se creen estas actividades para que las personas nos comuniquemos entre nosotras».
Mamadou, jugador del equipo senegalés, afirmó que si el próximo año se hace otra edición, les gustaría volver a participar. «Al final, lo bueno del fútbol es que todos nos juntamos para disfrutar, seamos de donde seamos».
