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Cuando el presidente ucraniano Volodímir Zelenski señaló en el Congreso de los Diputados que los bombardeos sobre ciudades y población civil de Ukrania es lo mismo que sufrieron los habitantes de Gernika el 26 de abril de 1937 bajo las bombas nazis en la Guerra Civil, pocos ucranianos habían oído hablar de la localidad vizcaína arrasada por la Legión Condor.
«Estamos en abril de 2022, pero parece abril de 1937 en Guernica», dijo Zelenski. Pocos días antes de la invasión rusa de Ucrania en la playa de Sant Salvador se plasmó un mural del Gernika de Picasso en el que fue un nido de ametralladoras.
Para los ucranianos acogidos en El Vendrell esa pintura ya es en un símbolo de su lucha y de su padecimiento. Este sábado los ucranianos alojados en el albergue de Santa Maria del Mar y en un hotel de Sant Salvador volvieron al mural para un simbólico acto.
Los niños entregaron a Salvador Illa, líder del PSC en el Parlament, dibujos en los que plasman cómo ven la guerra y las esperanzas de paz. También se hizo entrega de un montaje fotográfico que muestra que las imágenes de las ciudades ucranianas son las mismas que las de Gernika.
Necesidades
Illa acudió a El Vendrell para conocer las necesidades de los ucranianos ante una situación que amenaza larga. Son unas 400 personas las que hay en El Vendrell entre quienes no pudieron regresar a su país porque las guerra les pilló en Barcelona y otros, mujeres y niños, que han ido llegando escapando de las bombas.
La incertidumbre sobre la duración de la guerra inquieta, además de la destrucción de sus vidas en Ucrania y el estado de sus familias que han quedado allí, por un asentamiento largo en los municipios de acogida.
La escolarización de los niños, el aprendizaje de la lengua, encontrar un empleo, la posibilidad de crear empresas o acceder a una vivienda son cuestiones que plantearon para trasladar a las autoridades que corresponda.
En Vendrell ya se ha escolarizado a los niños y tras la Semana Santa también se hará con dos pequeños de educación especial. Los ucranianos plantean que haya profesores ucranianos que ayuden a una integración. Consideran que «Las vacaciones de verano proporcionarán tiempo extra para preparar una solución permanente de este problema».
Aprender la lengua
La enseñanza del catalán o del castellano es una prioridad ya que «si los ucranianos no aprenden español básico muy rápido sus oportunidades de empleo son escasas».
Entre los ucranianos que han llegado hay empresarios dispuestos a generar empleo e incluso unidades de trabajo de habla ucraniana en las empresas. «Los refugiados no solo debemos ser consumidores, sino también creadores de bienes y servicios». Sugieren crear el consejo ucraniano para discutir la participación en el mercado laboral.
«Hasta que no tengamos contratos de trabajo permanentes, las familias no pueden seguir con su plan b y alquilar un apartamento incluso si se lo pueden permitir financieramente. Los propietarios inevitablemente nos tratan como ocupados potenciales. Sólo si el gobierno toma parte en los arreglos con los propietarios este problema se resolverá»
Plantean crear una aplicación de móvil o un telegram para interactuar con los ucranianos que lleguen. «Permitiría recopilar datos demográficos y geográficos, hacer encuestas y cuestionarios, entregar noticias y tratar individualmente a los refugiados para resolver sus necesidades y resolver muchas tareas para el gobierno».
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