Volver a encontrarte con tus profesoras treinta años después

Imagínese que se encuentra con su profesora de cuando tenía seis años. ¿Le saludaría? ¿Qué es lo primero que le diría? Esta situación fue la que se vivió ayer en la inauguración del nuevo edificio de educación infantil del Col·legi Cardenal Vidal i Barraquer de Cambrils. Muchos de los asistentes, entre ellos esta periodista, tuvieron la alegría de reencontrarse con aquellos profesores de su infancia que hacía mucho tiempo que no veían. Un momento ilusionante pero también de nostalgia, puesto que no puedes evitar pensar en cómo el tiempo puede pasar tan deprisa.

Una sensación que también tenían las profesoras, en mi caso Àngels y Conxita, cuando me acerqué a saludarlas y a recordarles que habían sido mis tutoras desde primero hasta cuarto de primaria. Llevan tiempo jubiladas pero quisieron estar presentes en esta inauguración donde se reunieron de nuevo con sus antiguos compañeros de trabajo.

Tampoco se perdieron esta fiesta los alumnos y familias que, a pesar de la lluvia, quisieron ver las nuevas instalaciones que están pensadas por y para los niños que cursan educación infantil. El alcalde, Oliver Klein, y el director dels Serveis Territorials d’Educació a Tarragona, Joan Manel Audí, felicitaron al centro por su nuevo equipamiento. «Es un motivo de orgullo estar aquí. Es un gran día para la comunidad educativa y religiosa», dijo el alcalde. Por su parte, Audí afirmó que la escuela era un espacio para acoger «ilusiones y alegrías», además de aprender.

En la actualidad el colegio cambrilense cuenta con 1.023 alumnos y un centenar de trabajadores. El nuevo edificio lo usan desde principios de septiembre los niños de I3, I4, e I5. «Hemos buscado espacios diáfanos y materiales naturales. Creemos que la escuela tiene que ser, estructuralmente, como una casa para los niños pequeños. Por eso hemos puesto mucho esfuerzo en pensar este edificio que está en la sintonía de lo que consideramos que tiene que ser hoy la educación infantil», comunicó Francesc Recasens, presidente del Patronat de la Fundació del Col·legi Cardenal Vidal i Barraquer.

El edificio ocupa una parte del patio de la Salle, con vistas al paseo, y cuenta con una planta baja y un primer piso. Las nueve aulas están equipadas con toda la tecnología digital –llamaba especialmente la atención una pantalla de grandes dimensiones en todas las clases– y pensadas para acoger diferentes espacios para fomentar la creatividad y el aprendizaje de los más pequeños. «La distribución y reorganización de cómo son las aulas son fruto del trabajo consensuado y de formación del claustro de repensar cómo acogemos a los niños, entradas relajadas, qué momentos diferenciados de aprendizaje tenemos a lo largo del día y espacios que nos ayudan en el crecimiento del niño y su autonomía», explicaba la directora del centro, Pilar Bas.

Además, el edificio cuenta con diferentes espacios muy atractivos, como un aula de arte, un laboratorio y espacio de experimentación, un teatro con disfraces de todo tipo para que los niños saquen su lado más creativo, un aula de psicomotricidad y una biblioteca.

Un edificio funcional y muy moderno que ya estaba preparado para la castañada y Halloween –había diferentes dibujos que ambientaban las aulas– y que, por unos instantes, a más de uno le entraron ganas de volver a esa etapa de su vida dejarse llevar por la inocencia y curiosidad de cuando solo se tienen cuatro años.