Arte y gastronomía, un maridaje para todos los sentidos en Cambrils

Cambrils. Las 16 obras seleccionadas en la cuarta edición de la Biennal d’Art Gastronòmic se exhiben en la Sala Àgora

18 enero 2021 08:30 | Actualizado a 18 enero 2021 09:41
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Despensas con ecos de pasado que pretenden nutrirnos en el presente y en el futuro. La ceguera, la redundancia, la poca importancia que dedicamos normalmente al acto de comer. Ambos pensamientos han servido de fuente de inspiración a los artistas Àngel Pomerol Sànchez (Tarragona, 1961) y Àlvar Calvet Castells (Tremp, 1965), declarados ganadores ex aequo de la cuarta edición de la Biennal d’Art Contemporani Gastronòmic de Cambrils.

Sus obras Tres Rebosts y Vermell remolatxa i Vichy, respectivamente, se exhiben en la exposición que hasta el próximo domingo 31 de enero se puede visitar en la Sala Àgora del ayuntamiento de la localidad, junto al resto de obras artísticas seleccionadas en la convocatoria de este año: Bon profit 14:13 de Alba Vilardebó; Estrellitas en el suelo de Alexandra García; Menú 4,99 de Cristina Salvans; Lligams de Eva Jolis; E-410 Locust bean gum-goma de Garroví de Jordina Ros y Pere Estadella; Cardunculus de Lluc Queralt; Morralla 1 de Maria Àngels Matamoros; Guanyar-se les garrofes de Marc Anglès; Gastronomia 2.20 o la cua de càritas de Nuri Mariné; No vull Cargols! de Núria Benet; Els ocells cantaven malgrat feia fred de Ro Caminal; Dietari d’un recol·lector-espigolador de Sergi Quiñonero; Ànimes de Sònia Rubio; y Origen: La Terra de Vicent Matamoros.

‘Vermell remolatxa i Vichy’

De su obra, el artista Àlvar Calvet explica que «hay una cosa que hago cuando acabo de comer y es que dibujo con los restos de comida que quedan en el plato. Sobre la base de esta idea, trabajé la propuesta artística». Además, recuerda el autor, «hace muchos años trabajé con Antoni Miralda que es un artista cuya obra gira alrededor de la cultura gastronómica, una relación que me marcó y que también me motivó a presentarme por primera vez a la bienal».

La propuesta artística se compone de una performance grabada en vídeo, una docena de platos esmaltados que son el resultado de la acción Vermell remolatxa i Vichy y por último diferentes autorretratos. «El vídeo es la grabación de la performance en la que todo es blanco y rojo, como los cuadros Vichy, y yo aparezco con el rostro cubierto por una capucha que únicamente tiene una apertura en la boca. En la acción, lo que hago es comer un plato de sopa de remolacha y lo que queda de ese plato es un gesto, es decir, mi lienzo ha sido la vajilla», detalla el artista.

Paralelamente al vídeo, la obra se compone de una vajilla de doce platos en los que –explica el artista multidisciplinar– «he plasmado diferentes gestos para dar visibilidad a la cotidianidad y a las expresiones que hacemos sin darles importancia, y que en muchas ocasiones son lo fundamental en la vida». En este caso, la idea original surge durante un encuentro entre Calvet y su madre. «Yo soy de Tremp y lo que compartía en ese encuentro con mi madre era un plato de sopa de remolacha», explica el artista.

A través de la vajilla el creador refleja una variedad de gestos que para él mismo son «como en la vida, instantes diferentes, porque cada persona durante el día tenemos momentos y estados diferentes». De hecho, a través de la obra Vermell remolatxa i Vichy expresa «el interés propio, como artista, de experimentar con una materia que no es la habitual como es la remolacha y la cerámica». Por último, Àlvar Calvet hace hincapié en que «en muchas ocasiones, la cocina nos ayuda a relacionarnos con otras personas».

‘Tres Rebosts’

Por su parte, el tarraconense Àngel Pomerol define su obra Tres Rebosts como «sincrética, ya que reúne las aportaciones de muchas tendencias artísticas». «El resultado es una reflexión artística y social que parte del género bodegón tradicional, pero que intenta trasladar este espíritu a la actualidad, teniendo en cuenta todas las aportaciones de las vanguardias artísticas del siglo XX», afirma Àngel Pomerol, quien añade que «quiero transmitir como nuestra capacidad de disfrutar y de reflexionar ha aumentado durante todos estos años». Él mismo cita que la obra «parte de las composiciones austeras de Zurbarán, y navega con el espíritu de artistas como Cezanne, Malevitx, Brancusi, Duchamp, Morandi, Judd, Warhol, Brossa, Steimback, Mike Felly y los escritores Sthenndal y Herman Melvill, entre otros».

El artista busca despertar en el público «metáforas gastronómicas a través de diferentes elementos cotidianos como bolsas de basura, bridas…», por lo que la obra –dice Àngel Pomerol– «es como una cebolla, ya que hay muchos niveles de lectura y de interpretación». De nuevo, la Biennal d’Art Contemporani Gastronòmic pone de manifiesto que el maridaje entre el arte y la gastronomía es un placer para todos los sentidos.

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