David Solé, cocinero: «Busco entretener y si puede ser con risas, la satisfacción es doble»

Entrevista. El tarraconense es el autor del libro ‘Cuintes’, en el que recopila diferentes relatos que giran alrededor de la cocina o de los alimentos

28 diciembre 2020 06:20 | Actualizado a 08 enero 2021 15:58
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Misterio, ficción, historia, irreverencia, angustia, sexo y magia para pasar un buen rato se mezclan en el libro Cuintes de David Solé (Tarragona, 1967). Se trata de la primera publicación de ficción del cocinero tarraconense y que contiene un conjunto de textos de diferentes texturas y sabores, que tienen como nexo el hecho de que giran alrededor del mundo de la cocina o los alimentos. A lo largo de su trayectoria, David Solé ha escrito once libros de cocina, uno de los cuales ganó el premio a mejor libro de té del mundo y otro al mejor monográfico del mundo escrito en lengua catalana.

¿Por qué ha decidido publicar, ahora, la que es su primera incursión literaria en el mundo de la ficción?

Es fácil de explicar. Como mucha gente sabe, soy cocinero. Desde muy joven aposté por la cocina tradicional, porque me gustaba y era la de la familia, y con la que me sentía satisfecho. Por lo tanto, he seguido haciendo este tipo de cocina. Aunque te permite modernizar algunos detalles, la cocina tradicional ya está solidificada. Y como necesitaba, desde mi faceta artística, crear algo nuevo decidí que sería en el ámbito literario, porque creía que tenía algo que aportar en este sector. Además, todos y cada uno de los relatos están basados en el mundo gastronómico.

¿Por qué se decantó por un libro de relatos en lugar de una novela?

Porque tenía muchas cosas que explicar y, para mí, la mejor manera de hacerlo es a través de los relatos. Si mi inquietud en ese momento hubiese sido mostrar a los lectores una gran historia, tal vez hubiese optado por una novela. De hecho, ahora estoy terminando una. Pero en aquel momento preferí, como la fórmula más adecuada, un libro de relatos.

¿Durante cuánto tiempo se han cocinado las historias?

Este libro lo empecé hace unos cuatro años. Pero en este camino he tenido otros encargos que me han llevado a publicar otros tres libros de gastronomía. Por ello, la publicación de Cuintes se ha distendido en el tiempo.

¿Cómo ha sido el proceso de creación?

Desde un primer momento tuve claro de qué quería hablar, qué quería transmitir y cómo quería hacerlo. A partir de estas ideas claras para cada relato, fui vistiendo cada una de las situaciones a través de los personajes. Así es como he formado todo el contenido.

¿Qué quería transmitir en este maridaje literario de ficción y cocina?

En nuestra vida, todo el mundo estamos atados a una cosa u otra. En mi caso, desde pequeño siempre he estado unido a la cocina, por lo tanto siempre he tenido un vínculo con la gastronomía. La unión de mis dos grandes pasiones me ha llevado a la realización de este libro.

A la hora de plantearse cada una de las historias, uno de sus objetivos es hacer reír.

Soy una persona muy extrovertida y me gusta reír constantemente, aunque no siempre lo consigo. Por esta razón, el 80% de los relatos de Cuintes están hechos para que la gente disfrute, porque estamos hartos de malas noticias y catástrofes. Lo primero que busco es entretener y si puede ser con risas, la satisfacción es doble.

Pero también hay alguna historia bastante ‘cruda’.

Sí. Hay alguna historia bastante cruda y cruel, y alguna otra que puede hacer pensar a muchos lectores.

En este caso, ¿cómo la cocina ha contribuido a hacer el relato más digerible?

Hay una historia que ocurre lejos de aquí, en el Caribe, que cuenta como una persona vive una situación dantesca y lucha por conseguir un objetivo. Al final, cuando lo consigue por ‘error’, se produce una situación inesperada. Sobre cómo maridar este relato con la cocina, durante la época de creación del personaje hay una situación dentro del relato que le hace ver que la vida son muchas cosas. En el momento que degusta una pieza de fruta en una cala, en compañía de la persona querida, consigo transmitir una sensación de felicidad, aunque después se entremezcla con un trágico desenlace.

¿Ha sido muy cuidadoso y descriptivo por el hecho de tener este ‘background’ culinario?

Sí. De hecho, quiero dar a entender que gran parte de lo que nos pasa durante nuestra existencia es gracias a la comida y la gastronomía. Hay momentos en los que intento transmitir al lector como de importante es el hecho de comer. Hay un relato en el que describo que gracias a la comida la situación económica de un país puede cambiar. Aunque no dejan de ser historias de ficción, creo que hay mucho más de realidad en estas historias que ahora mismo en el mundo.

¿Qué aspectos de su profesión se ven reflejados en el libro?

La necesidad de dar rienda suelta a la creatividad.

Con otras publicaciones ha recibido reconocimientos a nivel nacional e internacional.

Sí. El romesco, història, tècniques i receptes fue reconocido a nivel mundial como el mejor libro monográfico escrito en lengua catalana. Después, el libro El té y la cocina mediterránea fue destacado como el mejor libro de té del mundo escrito en castellano.

¿Mientras escribe piensa en posibles reconocimientos?

No, ya que los reconocimientos son el fruto del trabajo.

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