Franco Battiato, inmortal referente europeo

El 18 de mayo falleció en Sicilia Franco Battiato, maestro e icono de la música italiana, que tuvo gran éxito en España gracias a sus discos en castellano

28 mayo 2021 18:50 | Actualizado a 29 mayo 2021 06:20
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El pasado 18 de mayo, a primera hora de la mañana, una noticia daba la vuelta al mundo: Franco Battiato había muerto... y algo cambió de golpe. Con 76 años de edad, Battiato encarnaba un cierto patronazgo de la música italiana, pero su dimensión transcendió las fronteras de ese país a golpe de eclecticismo transfronterizo, género inclasificable y una capacidad para convertir en bellas letras sorprendentes y a menudo inconexas más allá de su desbordante imaginación. Más que un maestro italiano de la música, Battiato era -y trascendiendo su fallecimiento, es- un referente europeo que sobrepasa géneros y territorios. 

Desde su Sicilia natal, que es en cierta manera un espejo de Europa -por ahí pasaron de griegos y romanos hasta los ejércitos alemán y norteamericano, pasando por árabes, normandos y catalanes-, Battiato supo convertirse en un músico continental, principalmente con sus discos en italiano, pero también en inglés y en castellano, lo que le llevó a ser ampliamente conocido en España, donde canciones como ‘Nómadas’, ‘Centro de gravedad permanente’ o ‘Yo quiero verte danzar’ fueron ampliamente difundidas. 

Nacido en marzo de 1945 en Ionia (actual Riposto), cerca de Catania, con el nombre de Fancesco, empezó a componer a los catorce años, gracias a una guitarra que le regaló su padre. A los veinte se lió la manta a la cabeza y se marchó a Milán y poco más tarde participó en el Festival de San Remo con una de sus primeras composiciones, ‘L’amore é partito’. Tras sus primeros escarceos con la canción pop de tintes románticos, Battiato descubre pronto su afición a los giros de guión y empieza una carrera musical marcada por un eclecticismo inabarcable que le lleva a la experimentación, a probar con el rock progresivo, la psicodelia y la música electrónica. Su primer disco, ‘La Convenzione / Paranoia’ llegará en 1971.

Discografía básica

Son los años setenta del siglo XX y Battiato no es ajeno a la eclosión musical que transforma Europa en ese momento aunque cada vez se fija más en el minimalismo conceptual en una primera etapa que llegará hasta 1977 y que deja para la posteridad discos como ‘Fetus’ (1971), ‘Sulle corde di Aries’ (1973) o ‘Battiato’ (1975), entre otros. En el 77 ficha para la EMI y se encamina ahora hacia el pop, genero que trata a su manera, sin cortapisas y alejado de patrones. Con ello consigue hacerse muy popular en Italia gracias a sus primeros grandes trabajos:  ‘L’era del cinghiale bianco’ (1979), ‘Patriots’ (1980), ‘La voce del padrone’ (1981) o ‘L’arca de Noè’ (1982). En 1984 sorprende participando en el Festival de Eurovisión interpretando junto a Alice la canción ‘I treni de Tozeur’, quedando en un honroso quinto puesto. La victoria de los italianos Maneskin en Eurovisión 2021 a los pocos días de su muerte se convierte en un homenaje póstumo a su paso por el festival de la canción europea.

Ya en la segunda parte de los años ochenta, Battiato sigue publicando magníficos discos: ‘Echoes of Sufi dances’ (1985), ‘Nómadas’ (1986) y ‘Fisiognomica’ (1988) entre otros y, ya en los noventa, ‘Come un cammello in una grondaia’ (1991), ‘Gommalacca’ (1998) y ‘Fleurs’ (1999). En paralelo, compone música para ópera, como las obras ‘Genesi’ (1987) y ‘Gilgamesh’ (1992). En primera línea musical, Battiato sigue editando discos en el siglo XXI: ‘Ferro battuto’ (2001), ‘Il vuoto’ (2007) o ‘Apriti Sesamo’ (2012). Su último trabajo fue ‘Torneremo ancora’, de 2019. ‘Battiato en español’ (1987), ‘Battiato collection: 29 temas en español’ (1996) y ’La estación de los amores’ (2005) resumen su trayectoria en castellano.

Rompecabezas Battiato

Con una imagen inconfundible, en su madurez viste siempre con traje y sin corbata, irradiando serenidad, vegano, conllevando una nariz por encima de la media y amante de recluirse en Sicilia lejos del mundanal ruido, Battiato era y es un rompecabezas poliédrico, con letras que ahondan en lo profundo de los sentimientos pero sin esperar que sean comprensibles. Sus referentes mediterráneos y europeos subyacen en su obra, y ahí están ‘Lettera al governatore della Libia’ o ‘Prospettiva Nevsky’ como ejemplo, y lo convierten en un icono de la música con profundidad geocultural. Bebiendo de múltiples fuentes y con letras a menudo complicadas de descifrar logra algo que parecía imposible, el triunfo más allá de las fronteras italianas. 

Su muerte deja un vacío y a la vez un eco persistente de su obra. Al fin y al cabo, nadie desaparece para siempre mientras haya quien le recuerde. Ahí reside el principio de la inmortalidad.

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