Bacterias, esas aliadas de la salud

De manera incipiente todavía, analizar la microbiota es otra forma de diagnosticar trastornos

19 marzo 2022 16:23 | Actualizado a 20 marzo 2022 13:00
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«Cuando se habla de bacterias, se puede pensar en algo negativo porque nos hemos pasado la vida limpiando superficies y eliminando microbios que causaban enfermedades. Sin embargo, en la última década se ha visto que las bacterias son muy importantes. De hecho, el cuerpo humano lo forman más bacterias que células eucariotas, es decir, que células normales». Son palabras de Marina Diana, profesora colaboradora del máster de nutrición y salud de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC). Estas bacterias o microbios son los que forman la microbiota intestinal, única en cada individuo, que hace referencia a lo que antiguamente se llamaba flora intestinal.

«Lo que se está viendo actualmente es que una disbiosis microbiana, que quiere decir que la microbiota no es la adecuada, puede relacionarse con más de un centenar de patologías. Entre ellas se cuentan desde las intestinales a cardiovasculares, cáncer, autoinmunes, enfermedades infecciosas, hepáticas o respiratorias, metabólicas u obesidad. También mentales y neuropsicológicas», destaca Marina. En este sentido, manifiesta que «existen estudios basados en el eje intestino-cerebro».

 

El estrés y una mala alimentación son enemigos directos de una buena microbiota.

De hecho, uno de ellos, del Instituto de Investigación Biomédica de Girona Josep Trueta (IDIBGI) publicado el pasado mes de febrero, asocia la presencia del virus Caudovirales en la microbiota intestinal a una mejora de las funciones cognitivas y de la memoria en humanos, ratones y moscas. Para saber cómo las personas pueden acceder a estos virus, los investigadores realizaron encuestas alimentarias a los participantes para conocer su dieta. Y es que la microbiota está condicionada por la dieta, aunque no solo por ella. «Intervienen muchos factores», señala Marina. «El ejercicio que se efectúa, la ingesta de alcohol, si se fuma o el tiempo de lactancia». 

Desde el feto
Al respecto, Marina resalta que uno de los últimos descubrimientos pone de manifiesto la importancia del traspaso en la gestación de la microbiota de la madre al feto. «Tanto en la gestación como a la hora del parto, el feto o el bebé adquiere gran parte, por no decir la mayoría de microbiota o flora intestinal o vaginal, dependiendo de cómo se haya producido el parto. Entonces, si la madre está sana, condicionará mucho la salud del bebé». Esto contrasta con lo que se creía hasta el momento, en el sentido de que la gestación del bebé era estéril, donde no había ningún tipo de bacteria. 

«La parte positiva de todo ello es que la microbiota es muy sensible. Entonces, introduciendo pequeños cambios en la alimentación se consigue reequilibrar en cuestión de meses», sostiene la profesora de la UOC.

Por lo que respecta a la dieta, la nutricionista Ángela Quintas, acaba de publicar ¿Por qué me duele la tripa? (Editorial Planeta), en el que detalla algunos de los trastornos más habituales relacionados con una microbiota desequilibrada, acompañados de menús y recetas específicos para cada patología. No obstante, Quintas alerta también sobre la importancia del estrés, así como del consumo de determinados fármacos.

En cualquier caso y aunque es posible realizar un análisis de la microbiota intestinal a partir de las heces en algunos laboratorios en la provincia, se trata de una investigación que acaba de echar a andar.

 

Estudio
Los microplásticos alteran la microbiota

Un grupo de investigadores del CSIC ha descubierto que ingerir microplásticos reduce la diversidad bacteriana de la microbiota del colon, además de producir una alteración del equilibrio en los microorganismos presentes. El estudio, publicado en la revista ‘Scientific Reports’, demuestra que ingerir microplásticos PET (asociados con la cadena alimentaria) reduce la abundancia de bacterias conocidas por sus efectos positivos en la salud y aumenta la presencia de otros grupos microbianos relacionados con una actividad patógena.

Saber lo que ocurre en el organismo y las consecuencias que estos materiales pueden provocar a corto, medio y largo plazo es importante ya que, según cálculos recientes, de media, cada persona podría ingerir entre 0,1 y 5 gramos de microplásticos cada semana a través de alimentos y bebidas. Además, el estudio ha mostrado por primera vez que estos microplásticos pueden sufrir biotransformaciones a lo largo del tracto gastrointestinal y llegar al colon de una forma estructuralmente diferente a la original.

 

La experta en nutrición Ángela Quintas apunta a una serie de patologías o trastornos, como consecuencia de una microbiota desequilibrada. Lo explica en el libro ‘¿Por qué me duele la tripa?’ (Editorial Planeta).

  • Candidiasis. Cuando la ‘Candida albicans’ coloniza el organismo y únicamente se sienten ganas de ingerir dulce. 
  • Sobrepeso y obesidad. «No solo afectan a nuestro bienestar general, sino que son factores de riesgo de muchas enfermedades, incluidos algunos trastornos digestivos». La autora aporta algunas reglas del «buen comer».
  • Estreñimiento. Aunque no es una enfermedad, significa que el tránsito intestinal no funciona como debiera.
  • Alergias e intolerancias. «Tienen mucho que ver con nuestro estilo de vida».
  • El Helicobacter pylori. Una bacteria difícil de erradicar, que habita en el epitelio gástrico y suele general inflamación estomacal. Un 50% de la población tiene ‘H. pylori’ aunque en su mayoría, de forma asintomática.
  • Hernia de hiato. La molestia más común es el reflujo gastroesofágico tras haber ingerido alimentos y que se tenga acidez.
  • Disbiosis grave. Cuando todo lo que se ingiere sienta mal, se padece hinchazón y malestar.
  • Déficit de DAO. Migrañas y malas digestiones constantes. Pueden ser una señal clara de sufrir déficit de una enzima básica en el organismo, la diaminooxidasa (DAO).
  • Diverticulitis. Pueden provocarla la alimentación, el sedentarismo o el estrés. Una causa es una dieta deficitaria en fibra.
 

Algunas recetas:

Wraps de salmón ahumado y brotes de espinaca.
Para la disbiosis y la candidiasis

Para la disbiosis, si se incluye solo la parte verde de la cebolleta y 30 gramos como máximo por persona. Y para la candidiasis si se eliminan los pepinillos.

Ingredientes 4 personas
8 tortillas de maíz pequeñas; 250 gramos de lonchas de salmón ahumado; 50 gramos de brotes de espinaca; una cebolleta; 10 pepinillos; una cucharada de zumo de limón; dos tomates pequeños; un pepino pequeño; una cucharada de aceite de oliva; pimienta y sal.

Elaboración: Picar la cebolleta y los pepinillos y pasarlos a un bol. Salpimentar, añadir zumo de limón y aceite, mezclar y reservarlo. Picar el tomate y cortar el pepino. Extender una cucharada de la mezcla reservada en cada tortilla y repartir encima del salmón, los brotes de espinacas, el pepino y el tomate. Enrollar las tortillas y envolverlas en papel de aluminio. En el momento de servir, cortar cada wrap por la mitad.

 

 

Pasta integral con curry de gambas y jengibre.
Para la hernia de hiato y el estreñimiento

Ingredientes 4 personas
240 gramos de tallarines integrales; 20 gambones; una cebolla; un pimiento pequeño; 300 gramos de setas variadas; 20 gramos de jengibre; una lata de 400 ml de leche de coco; una cucharada de salsa tamari o salsa de soja; aceite de oliva virgen extra; pimienta negra; una pizca de cayena molina (opcional) y sal.

Elaboración: Sofreír los gambones. Retirarlos, pelarlos y reservarlos. Picar la cebolla y sofreírla. Picar las setas, cortar el pimiento, añadirlos y salpimentar. Picar el jengibre e incorporarlo. Rehogar hasta que quede bien pochado y agregar la salsa de tamari o de soja. Añadir la leche de coco y 400 ml de agua (o fumet de pescado) y salpimentar. Remover bien la salsa hasta que se reduzca a la mitad. Si gusta el picante, añadir la cayena. Cocer la pasta al dente y escurrirla. Incorporar los gambones y la pasta a la salsa y remover. Servir.

 

 

Pan keto.
Para el déficit de DAO, candidiasis y disbiosis

Para el déficit de DAO si se eliminan las almendras. Para la candidiasis y la disbiosis con un máximo de 12 gramos de almendra por persona.

Ingredientes 1 persona
Un huevo; una cucharada de bebida vegetal, que se puede sustituir por agua; cuatro cucharadas de almendra molida; una cucharadita de aceite de oliva virgen extra; una pizca de sal y especias (opcional).

Elaboración: Cascar el huevo y batirlo en una taza o tazón apto para el microondas. Anadir la bebida vegetal, el aceite, la sal y las especias (si se quieren emplear) y mezclar. Incorporar la almendra molida y mezclar todo bien. Cocinar en el microondas a 800 W de potencia durante un minuto y medio. Dejar reposar el pan dos minutos.

 

 

 

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