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    La familia Espallargas dispone de más de 3.000 botellas de bebida antigua. Antoni se dedica al coleccionismo profesional

    07 junio 2022 10:44 | Actualizado a 07 junio 2022 14:00
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    La familia Espallargas ha encontrado en el coleccionismo una forma de vida. En su almacén de Montbrió se pueden hallar ‘tesoros’ de todo tipo, entre los que destacan multitud de botellas de bebidas antiguas, muchas de ellas de Chartreuse de Tarragona. «Es algo que distingue mucho a la zona y a mí me interesa este rasgo», confirma Antoni Espallargas, que ha heredado esa pasión por el coleccionismo de su padre Anton.

    La familia reside en Montbrió, aunque también disfruta de otro establecimiento en Riudecanyes. Es más, hace unos días aportaron una parada de sus productos de muestrario en la Fira Tastaverd de la población. También frecuentan en el mercado de la Rambla de Tarragona.

    Antoni, a pesar de estudiar Arquitectura, se dedica profesionalmente al coleccionismo. Hace unas semanas se desplazó a La Coruña para realizar una de sus compras habituales. «Además de lo que quería también adquirí un lote botellas de vino de la Rioja que vendí poco después de golpe».

    A Montbrió le han visitado varias personas con su misma vocación. Amantes de las reliquias de todo el mundo. «No hace mucho estuvo aquí una persona de Albania para comprarme unos puros. No se los podía enviar porque corren el peligro de romperse». La primera caja de Estrella Entre ese mar de productos antiguos, en el almacén de Montbrió existe uno que destaca y mucho. Los Espallargas presumen de la primera remesa de cerveza Estrella embotellada. Todo un descubrimiento para los amantes de esa bebida.

    La labor del coleccionista profesional tiene algo de itinerante y de inestable, aunque supera cualquier adversidad ese afán y ese entusiasmo por seguir atrapando productos escondidos, con un atractivo y un valor incuestionable. «No es un trabajo de ocho horas y de ingresos seguros, hay que buscar mucho y obtener información para saber dónde puedes encontrar aquello que buscas», confirma Antoni. «Eso sí me permite mucha libertad a la hora de enfocar mi vida», recalca.

    En ese hallazgo constante, los Espallargas no renuncian a visitar ninguna de las ferias internacionales que realiza el sector a lo largo de la temporada. No escatiman esfuerzos y acuden a esas muestras con frecuencia.

    La última se celebró, por ejemplo, en Bilbao. «En Francia he comprado hace poco, sobre todo lo que busco es aquel producto que es muy difícil de encontrar», refleja el protagonista mientras, junto a su padre, enseña cualquiera de las hazañas que logrado atrapar en sus viajes por el mundo.

    «Puedo decir que he vendido piezas por todo el planeta». Y es que, a pesar de la pandemia, la Familia Espallargas ha mantenido firme una inquietud que ha traspasado generaciones.

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