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    ¿Deben ayudar los padres en los deberes escolares?

    Los expertos son partidarios si esta implicación fomenta la autonomía del alumno como un proceso de acompañamiento

    04 marzo 2024 11:54 | Actualizado a 05 marzo 2024 07:00
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    ¿Deben ayudar los padres en los deberes escolares de sus hijos? Es la pregunta que se repite en la mayoría de hogares con hijos en edad escolar y, como ocurre en multitud de situaciones de la vida, la respuesta arroja muchos matices que impiden posicionarse abiertamente con un ‘sí’ o un ‘no’.

    El mayor estudio mundial sobre los deberes escolares refleja que la implicación de la familia solo es positiva si fomenta la autonomía del alumno y contraproducente si se empeña en usar estrategias distintas al docente, se ciñe a controlar el tiempo o directamente asume las tareas.

    Son conclusiones de un estudio llevado a cabo por científicos de las universidades de Misisipi (EEUU), Bohai (China), Oviedo y del Centro de Neurociencia Cognitiva y Cerebral (Liaoning, China), basado en el análisis de investigaciones de los últimos treinta años, con casi 380.000 participantes. El catedrático de Psicología Educativa de la Universidad de Oviedo, José Carlos Núñez, explica que la ayuda de los padres y las madres en las tareas escolares solo es relevante en Primaria (6-12 años), no así en Secundaria o Bachillerato, y los resultados no son distintos en función de las materias.

    A nivel global, detalla Núñez, «las conclusiones generales de nuestro estudio muestran un efecto negativo en el rendimiento académico, pero la conclusión no es ‘padres no ayudéis’, esto no es así, porque hay que tener en cuenta múltiples dimensiones». La ayuda resulta negativa o nula si no está centrada en fortalecer la autonomía del alumno, apoyar sus ideas y su motivación, atender las emociones de los hijos, su ansiedad y estrés, añade el psicólogo. No entorpecer al profesorado. «Es incluso contraproducente cuando los padres y las madres lo único que hacen es ayudarles con los contenidos, explicarles los deberes para que los lleven hechos porque muchas veces lo que hacen es entorpecer a los profesores: ellos lo explican de una manera y las familias de otra y, al final, los hijos se enfadan porque no se aclaran».

    De acuerdo con el catedrático de la Universidad de Oviedo, «más que la cantidad, lo importante es la calidad y la calidad siempre está relacionada con ayudar a la autonomía, confiar en ellos; estar atentos a su motivación; intentar que estén ilusionados y que vean que es relevante que hagan sus deberes». Aboga asimismo por hacer «estudios de intervención, es decir, intentar enseñar a los padres a aprender a dar independencia a los niños desde muy pequeños, a aliviar su estrés y ansiedad y no esperar que sus hijos vayan mal en la escuela» para trabajar con ellos y ejercer más control. Hay que procurar una cantidad justa de deberes. Con independencia de este estudio, el catedrático considera que el profesorado debe plantear «la cantidad justa de deberes, no por poner muchos va a ser mejor».

    Si, pero...

    Andrés González Bellido es vocal de la junta de la Secció Psicologia de l’Educació del Col·legi Oficial de Psicologia de Catalunya. Preguntado por el Diari para que se posicione sobre si es bueno que los padres ayuden a sus hijos a hacer los deberes escolares, este psicólogo experto en educación contesta que «sí, pero siempre dejando claro que entendido como compartir un espacio. La familia forma parte de la comunidad educativa y tiene que participar en este proceso de aprendizaje de sus hijos. El proceso educativo está formado por 3 patas: la familia, la escuela y el entorno social, en el que todos participan. La educación es un hecho comunitario, no es solo de la escuela, por lo que la familia debe compartir, dialogar, pactar con su hijo, etc.».

    Una vez aclarado que es positivo que la familia participe en las tareas escolares de sus hijos, para González Bellido «después está el cómo y lo que se entiende por deberes. No se trata de estar una hora haciéndolos, sino entendiéndolos como complementos de apartados que se han trabajado en la escuela o para generar hábitos. Pero en ningún caso se trata de estar una hora haciendo deberes, sino de generar hábitos, compartiendo estos momentos con la familia. Pero no se trata de que los deberes los hagan los padres, sino que acompañen a sus hijos en ese proceso. La relación con la familia es un proceso de aprendizaje muy sano». Por último, este psicólogo incide en que «habitualmente se ponen muchos deberes en los que participa muy poco la familia como apoyo. Este exceso de deberes puede provocar estrés o ansiedad en los niños. La casa tiene que ser un espacio lúdico-recreativo. Por eso, si el niño tiene deberes en casa es mejor acompañarlo para generar hábitos de estudio y porque facilita la comunicación padres-hijo».

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